Cuando parece que la fiesta electrónica más grande el país ha tocado techo, Dj Nano y su Oro Viejo vuelven a sorprendernos con un nuevo récord. Este 2019 han sido nada menos que 25.000 personas las que pasaron por el recinto de Madrid IFEMA durante los días 14 y 21 de diciembre. Por primera vez, dos fechas programadas sobre la marcha ante la masiva recepción del evento remember por excelencia.
Cada año más y más gente quiere vivir esta particular experiencia navideña consistente en recordar los mayores éxitos de la historia de música dance. Al fin y al cabo, esas canciones no son patrimonio de bakalas, makineros y raveros, sino que pertenecen a dos generaciones enteras: la X y las de los millenials. Porque esa es la música que sonaba en casi todos los bares, pubs y discotecas en los noventa antes de que fueran fagocitados por el reggaetton. Una inevitable nostalgia que se traduce en la expresión más sincera y desinhibida de la diversión desplegada en una pista de baile.
En nuestro caso escogimos la segunda fecha del 21 de diciembre para cubrir, como cada año, una cita imperdible de cada fin de año. La temática de esta edición volvió a ser la misma que la del año anterior, pero con una mayor presencia si cabe: la nostalgia navideña. Bajo el claim ‘Un Cuento de Navidad, y volver a ser un niño‘ la organización desplegó de nuevo una impresionante producción visual y sonora con tatos como medio kilómetro de estructura trust, 280 metros cuadrados de pantalla LED, 280 barras de vídeo VDO, 80 luminarias efectos 170 focos móviles y más de 350.000 watios.
El encargado de la ardua tarea de encender la mecha del warmup a la hora de la cena fue Yván Corrochano. Demostró su solvencia y una buena selección de temas en la misma línea que el trío que le sucedió: Dj Neil, Ángel Sánchez y Fernando Ballesteros. Tres nombres emblemáticos de la escena progresiva y ligados a discotecas tan inolvidables como Scorpia, Arena o Bachatta. Los dos primeros repetían, tras su presencia en el lineup del año pasado, y espero que lo hagan el siguiente. Nada que objetar a su tracklist, pero no soy nada fan del rollo ambulancia en la cabina en la que se produce una rotación con cada tema. Hace que la sesión no pueda evolucionar fluidamente y da mucho pie a errores en las mezclas. Tras ellos cogieron el relevo otros dj’s igualmente reconocibles el panorama nacional, como son Miguel Serna, Christian Millán y Javi Crecente. Éstos subieron los bpms y ofrecieron un set mucho más orientado al hard dance y el makineo en un momento en el que el pabellón ya estaba a rebosar de un público encendidísimo.
Nadie quería perderse el arranque del anfitrión. A la 1 en punto, Dj Nano apareció en el escenario arropado con una gran ovación y un dejavu: el siempre sonrojante villancico “All I Want For Christmas Is You“. Es de agradecer eso sí que no repitiera el numerito de abrirse paso a través del público vestido con una bata de boxeador. Y también lo es el regalo que quiso hacernos en esta ocasión: una hora más de sesión. Claro que después de las 12 horas que se marcó en el pasado A Summer Story, cinco deben parecerle un cómodo paseo.
La sesión, salvo matices, fue básicamente lo de siempre. Aunque en este caso no hay un tono despectivo en ello, sino más bien lo contrario. Porque lo de siempre es una irresistible mezcla de emoción, intensidad y pasión que evoca sentimientos que ningún otro género es capaz de provocarnos a los que vivimos y revivimos toda esta movida. Y es que en la sesión cabe desde el trance al eurodance pasando por el techno, el progressive, el hard trance, el dance pop o el tech house. Un repaso a la música electrónica que sonó en cada rincón de Madrid, Cataluña, Valencia, Euskadi o Ibiza durante los noventa y los dos mil. Y es que si una vez hubo algo que unió a todas estas regiones por igual, fue este sonido.
Echamos en falta la intro y trailers de anteriores ediciones: como cuando hace dos años se hizo un llamativo vídeo en 3D o el año pasado se homenajeó a todas las discotecas icónicas de aquella era. En esta ocasión simplemente fueron vídeos montados con clips de stock y cartelas con frases que parecían sacadas de Mr. Wonderful.
En cuanto al mejor momento de la noche fue la hora dedicada a la esencia de Overdrive. No solo por la rebosante calidad de la sesión, sino porque extrañamente fue el único momento de la noche en el que se activaron ocho cañones de lásers que envolvieron toda la nave en una atmósfera oscura y envolvente. Aunque también es digno de mención el B2B que se marcó Dj Nano junto a Brian Cross con un soberbio despliegue de hits. De hecho, el único momento en el que decayó un poco el tema fue de cuatro a cinco de la mañana, aunque eso sirvió para allanar el camino a un cierre para el que el dj madrileño tenía reservada toda la esperada artillería: ‘Memories‘ de Netzwerk , ‘Desenchanté‘ de Kate Ryan, ‘Pray‘ de Tina Cousins, ‘Flying Free‘ de Pont Aeri, ‘Let The Light Shine In‘ de Darren Tate vs Jono Grant feat Shirley Randall y la clásica canción de cierre de cada Oro Viejo, ‘Lovers Why‘ de John Wesley, con Nano enardeciendo a los resistentes sobre los hombros de sus gorilas bajo una lluvia de confeti. Una vez más, gran noche. De esas en las vuelves a casa al amanecer deseando que llegue la siguiente fiesta.
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