Cada vez que me topo con una imagen de esta gran pareja, me entrego a cavilar sobre la paradoja de su relación.
Se necesitaban y lo sabían. Él era un tipo feo pero con un talento natural arrollador, y ella una belleza con una fotogenia hipnotizante. El mundo en la década de los 60 necesitaba un atrevimiento como el suyo, y lo tuvimos.
Su canción más famosa, “Je t’aime… moi non plus”, incluía un orgasmo femenino que hizo que Brigitte Bardot, la pareja con la que Gainsbourg había soñado, se echase para atrás en el último momento. Ese fue el momento en el que destino puso frente al genio a Jane Birkin.
En esta época en la que parece que da pereza ser transgresor, porque ser políticamente incorrecto deriva en problemas. ellos son el mejor ejemplo. Este fin de semana voy a escuchar un producto suyo: el disco de su hija en común, Charlotte Gainsbourg, con la producción de Beck. El álbum, de título ‘Imagen de Resonancia Magnética’ será nuestra próxima reseña.
Por ahora quedémonos en los orígenes, la pareja Birkin-Gainsbourg, todo un paradigma de lo feo y lo bello, la inspiración y el atrevimiento…
Este es de los pocos vídeos de sus primeros años que he podido encontrar en youtube, pero te recomiendo que veas Ballade de Melody Nelson.