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Para entender la poesía de Indio Zammit no hace falta ser poeta. Tampoco ser un fanático de la poesía o un entendido del género. Ni siquiera haber leído alguna vez poesía. Para entender la poesía de Indio Zammit solo hace falta haber vivido. La poesía de Indio Zammit es fácil de entender porque es la vida misma.
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El pasado día 19 de Enero nos presentó en la carabanchelera sala Gruta 77Â éste su tercer poemario titulado “Como Un Hielo Flotando En Aguardiente“, título que es una metáfora visual de lo efímero y que define perfectamente su poesía canallesca. En el libro encontraremos a Dios, metáfora de poder, el alcohol, el dolor y la vida, y la muerte, consecuencia y nexo de unión entre ambos mundos tan distantes y a la vez tan cercanos.
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Indio Zammit, desde su surrealismo poético, a veces visceral y otras razonable pero siempre necesario, se rie del mundo y de sí mismo — “La pena, como no abulta, la intento dejar, disimuladamente, en el suelo“, “pincharme en las costillas para ver si están ya hechas o les queda otra vuelta“, “El Espíritu Santo, afortunadamente, me ocupa poco espacio“, – adoctrina con versos que todos deberíamos aprender desde pequeñitos, como aprendimos el Padrenuestro o la tabla de multiplicar, – “El alcohol mata cuando se bebe para morir“, “Solo por estar vivos deberían aplaudirnos” – , y se atreve a teñir el fracaso de sarcasmo e ironía “Ayer me suicidé. Te lo dejo en el contestador sólo para que no te preocupes“, “Y al Rey de España, mientras tanto, le masturban viendo el partido.” -. En sus versos también se dan cita la rutina cotidiana —”La televisión está demasiado alta para que charlen los chicos en el bar, esto sí que es triste.” – y la música -“Escuchar el último disco que grabó Johnny Cash.“-, y anda como un funambulista en la cuerda floja de la Esperanza —”vuelvo a caer en la ingenua trampa de pensar que Ella volverá, milagrosamente, solo por estar sentado aquí.“- y la Libertad, -“Preservad la vida nómada, última brizna de libertad“-. Y todo teñido de un espíritu romántico que sobrevive a sí mismo, que se mata a sí mismo.
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Reflejo del mundo bukowskiano donde el fracaso es el único camino para seguir vivo, la fotografía de la portada, realizada por Carlos Estévez, también es poesía. Mención especial merecen Iris G-Merás, encargada de sacar “más guapo” a Indio en la foto de contraportada, y Kike Suárez “Babas“, autor del prólogo – “en estos versos que huelen a Indio y a derrota” — que ponen su granito de arena para que el libro pase de ser un buen libro a ser un gran libro.
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Recuerden el sabor de los besos que nunca han dado, el frío del invierno, el olor de la derrota. Recuerden el dolor o la traición. Leer la poesía de Indio Zammit es conocerle, es descubrir a qué sabe el fracaso y hablar con su propia voz. Yo he tenido el placer no solo de leerle sino también de conocerle en persona y puedo asegurarles que Charles Bukowski sigue vivo.
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                                                                                                       Texto: AMADO STORNI
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