Daddy-O Grande siempre ha sido un tipo con buen ojo a la hora de elegir con quién colabora y por quién se deja arropar (comenzando, obviamente, por Mr. Eddie Angel), y el hecho de haber fijado su mirada en México en los últimos años no ha podido ser más provechoso y satisfactorio en ese sentido. Inició su romance con la tierra al sur de El Paso rodeándose de los muy recomendables Lost Acapulco para la grabación de su primer álbum en solitario, Daddy-O Grande In Mexico (2006), y lo continúa ahora apadrinando a los jovencísimos Twin Tones, vibrante formación procedente del D.F. que en la presente gira ejerce tanto de telonera como de banda de acompañamiento del de Memphis. Lo hace el quinteto (sexteto en escena) cabalgando con vibrante desparpajo sobre una serie de briosas piezas instrumentales con firmes anclajes en el sonido y el imaginario de aquellos westerns italoamericanos cuyo máximo exponente son los films dirigidos por Leone y musicalizados por Morricone, revelándose acreedores de un exquisito sentido cinematográfico y un sabor fronterizo que los conecta directa e irremediablemente con lo más reciente de Los Coronas, pero al mismo tiempo destaca su marcada personalidad y su capacidad para adornar su propuesta con grandes dosis de surf, tintes country y hasta guiños a la polka norteña. “Tras La Cabeza De Indio”, “Trío De Mercenarios” o “Bandidos” fueron algunas de las piezas más destacadas de su rápido pero intenso repaso a los tres discos publicados con que cuentan hasta la fecha, que pronto serán acompañados por un cuarto y que conforman ya una discografía mucho más sólida y solvente de lo habitual en un combo de su corta edad.
¿Y qué decir de Daddy-O Grande? Espléndido como en él viene siendo habitual, el enmascarado regaló un poco de todo, empezando por su sincera y entrañable simpatía y continuando por los mejores pasajes de Daddy-O Grande En México (“The Electrified Twist”, “Chocolate Shake” o la preciosa “Miradas De Amor”) y del más reciente Mexican Chili Taco Fiesta (“Go-Go Emergency”, “La Fortuna” o la trepidante y definitoria “The Masked Surfer”), junto a selectas incursiones en el cancionero de Los Straitjackets (“Rockula” o el desmadre final de “Itchy Chicken”) y una selección de versiones para quitarse el sombrero, entre las cuales el “Squad Car” de Eddie & The Showmen, el clásico de Alberto Domínguez (vía Ventures) “Perfidia” y una estremecedora interpretación del “Sleepwalk” de Santo & Johnny pugnaron duramente por el puesto de momento álgido de un concierto que prometía fiesta y cumplió con creces. Si todas las invasiones mexicanas van a ser como esta, que se nos vengan encima las que hagan falta, que para el surf instrumental, la juerga y el tequila siempre hay sitio de sobra.
Texto: Raúl Ranz
Fotos: Almudena Eced
Daddy-O Grande & The Twin Tones — La Boite (Madrid), 22/01/20102 thoughts on “”