¿Qué harías si de repente tu ciudad se inunda de zombis y brujas? Con eso tienen que lidiar todos los habitantes de Blithe Hollow, un pequeño pueblecito en el que un hechizo lanzado hace siglos les condenó a vivir con muertos vivientes y este tipo de criaturas. Pero… parece que este mal hechizo está a punto de acabar gracias a las hazañas de un niño de 11 años. Norman Babcock, un joven que tiene la mágica capacidad de ver y hablar con los muertos, se involucrará en una aventura marcada por la animación stop-motion en la que cualquier cosa puede suceder.
Universal Pictures y Focus Features presentan “El alucinante mundo de Norman“, o lo que es lo mismo, la revolución del fotograma hecha realidad en la gran pantalla. Un trabajo espectacular, abalado, entre otras cosas, por la nominación al Oscar como Mejor Largometraje de Animación 2012, y para el que hicieron falta que cuatro impresoras 3D estuvieran trabajando durante casi 600 días, por ejemplo. Pero hay más datos curiosos. El peinado de nuestro pequeño protagonista necesitó 275 púas además de pelo de cabra, mezclado con cola, gel, tela, alambres, hilos… Como vemos, todos los detalles está cuidadísimos. No es de extrañar que el supervisor de animación Brad Schiff, haya definido esta película como un proyecto “con alma”. Porque la tienes.