Si en la visita de hace casi un año tocaron The Wall en su totalidad, en esta ocasión la variedad fue la protagonista del concierto, ofreciendo cortes pertenecientes a todas las etapas de la banda a la que homenajean, Pink Floyd.
Al igual que ocurría con la banda original, imágenes, láseres y juegos de luces tienen un papel fundamental, y la cuidada escenografía es la misma que fue empleada en el disco en directo PULSE, con una gran pantalla circular. Durante la primera mitad del recital, podemos ver como un canguro escoge sus discos favoritos y escuchamos una cara (en vinilo, por supuesto) de Dark Side Of The Moon, Wish You Were Here y Animals.
Después del descanso se escogen cortes de discos menos conocidos o bien se completan las imprescindibles de los discos ofrecidos en la primera parte. En el primer grupo destacamos Astronomy Domine, con imágenes de Syd “Madcap” Barrett, o Set The Controls For The Hearts Of The Sun, y en el segundo Money, Wish You Were Here y varias de el muro, con Another Brick In The Wall (part II) al frente.
Algunos temas de The Division Bell enfrían el ambiente, pero la última composición de la banda inglesa, High Hopes, volvió a levantar al público de sus asientos. El final es el mismo que escuchamos en PULSE, con la intensidad de los temas Comfortably Numb y Run Like Hell. Con la emoción que da la experiencia de “casi” sentir a Pink Floyd enfrente tuyo se despiden. Hasta el año que viene.
Texto: Pointer