Para la parroquia del Rock, José Luis Campuzano “Sherpa” (Madrid, 1950) es el bueno y para otros es el enemigo. Sabedor de ello, mide sus palabras, pero como el calor del día de la entrevista, deja que el hielo se funda y que las palabras fluyan, sea para hablar de Barón Rojo o de “Transfusound” (Última Generación, 2013), un doble CD que atañe versiones, Rock y cosas muy suyas que no tuvieron cabida en el pasado. Es el tercer disco en solitario después de “Guerrero en el desierto” (Ja! Buckaroo, 2004) y “El Rock me mata” (Maldito Records, 2007), sin olvidar la primera etapa de los 70, pero parece que siempre ha estado ahí. De hecho, lo está.
No sé si es para románticos o para locos hacer un disco doble ahora.
Bueno ¿qué más da? Ya puestos, más vale que zozobre que no que “zofalte”.
También es verdad que la gente no tiene tanto tiempo para escuchar un disco en estos días, pero supongo que hacer un disco doble es como “esto es lo que hay” y tenéis todo el tiempo del mundo.
Sí, es como algo a largo plazo. Es como decir “bueno, por si acaso me tiro otros seis años sin sacar otro disco, aquí tenéis alpiste para comer”.
“El Rock me mata” fue en 2007.
Sí, hace seis años.
El EP rezaba que este iba a ser un doble disco con rarezas y con canciones nuevas rescatadas. ¿Son canciones regrabadas o canciones sacadas de un archivo?
Son rescatadas porque hay algunas que eran candidatas a ir en el “Guerrero en el desierto”, con que fíjate, han pasado diez años.
¿Pero son canciones que habías grabado?
No, no, eran canciones que no había sacado nunca. Que me gustaban mucho pero que no tuve ocasión de meterlas.
Por ejemplo ‘Vuelvo a mi barrio’ es la canción que aparecía de presentación en el 2009 con el EP, como single.
No, esa es más actual, más moderna. Por ejemplo ‘Celoso’ o ‘Yo estoy de vuelta’ tienen diez años o más.
‘Ya estoy de vuelta’ se me antoja como una declaración de intenciones.
Sí, claro. Es el retrato de más de un personaje de estos que van muy de izquierdosos, muy puristas ellos en la izquierda y que luego son unos hijos de puta que no te pagan lo que te deben y que son unos falsos. Son realmente más burgueses que nadie y se dan a la buena vida, a la cacería, a los ministros y a jugar al golf.
Ya lo dice parte de la letra que se casa o se lía con la hija de un ministro. Supongo que es como vender el alma al diablo.
Hay mucha gente que vende su alma al diablo. El diablo ya no tiene dinero para pagar tantas almas.
Las canciones de Barón Rojo que son de tu autoría son canciones duras, por ejemplo ‘Siempre estáis allí’ que es instrumental.
Hay dos versiones de esa canción, la versión cantada en inglés y la instrumental.
¿Cómo haces que una canción que tiene cierto poder luego de hacerla instrumental mantenga ese poder?
No lo sé, porque la canción tiene poder.
Me refiero a que la música clásica por ejemplo era música que no tenía letras, pero sin embargo tenía poder. Por eso digo que hacer una versión de una canción potente, llevarla al rollo instrumental es un reto.
¿Al rock sinfónico? Sí. Pero es que yo soy muy sinfónico. Como creo en las reencarnaciones, tómatelo esto medio en broma medio en serio, yo quiero ser director de orquesta sinfónica. Porque esa es la música. Toda la música está en la música sinfónica. Algunos de los que tocamos Rock se creen que han inventado la pólvora: “chavalín, chavalín, bájate de la burra, que lo que un Bernstein o un Zubin Mehta sabe no lo sabrás tú jamás”. Zubin Mehta mira a cuarenta músicos y toda la obra la oye en su cabeza. Eso es lo que yo quiero: 4entender la música en su máxima extensión.
Bueno, sabes que hay músicos que no saben leer un pentagrama.
Esa es otra historia. No está reñida una cosa con la otra. El talento natural no está reñido con el conocimiento. Pero si al talento natural le añades conocimiento, es la hostia.
¿Tú crees que en el Rock hay conocimiento?
En el Rock hay mucho talento natural. Conocimiento menos. Pero no quiere decir que sea malo. Digamos que no se necesita para los tiempos que vivimos. Pero evidentemente, un músico del Rock que tenga un talento de verdad, si se pone a estudiar una carrera, llegaría a ser un músico de sinfónica, tranquilamente.
También es verdad que el Rock está visto como un poco de “iletrados”.
Sí, en el fondo algo de verdad hay. Pero también es verdad que los tiempos que vivimos es la música que tenemos. Pero bueno, no está reñida una cosa con la otra. No está reñido que un tipo como Steve Vai, que es un músico que toca la guitarra eléctrica, de repente entienda una sinfonía de Mahler, la entienda y se empape de ella. No está reñido en absoluto. Es más, yo creo que sería capaz de hacerlo. Pero le faltaría conocimiento entonces.
También hay clasismo en el Rock. Cuando un músico de Rock hace algo que se sale de esos cánones ya está mal visto.
Porque el ser humano tiende a ser gregario, a meterse en un establo y a reconocer a los que son suyos y a rechazar a los que piensa que no son suyos. Y eso es un error. Precisamente, como dice una frase de Carlo Dossi: “Los locos abren los caminos que más tarde recorren los sabios”. Los cuerdos se supone que son los que no quieren dar un paso para no ver más allá, y el loco es el que se atreve. Y una vez que se descubre, dicen: “ah, ese camino está de puta madre”. Y entonces van y lo recorren. Pero son las ovejas. Es lo que digo en ‘Tu revolución’.
Noto una falta de iniciativa por parte de la gente en general.
Sí, claro, la gente es borrega, tan borrega… Tú observa, si vas a un Mercadona, un Carrefour o una gran superficie, si ves a alguien que está mirando un estante y está dudando. Como te vea a ti coger la tarrina de queso, de repente la coge él también. A mí me ha pasado más de una vez. Hay una señora o un señor que está mirando y no se deciden. Llega alguien muy decidido, coge dos tarrinas y hace “¡chás! al carro”, y la echan también. El ser humano tiene miedo, duda, y cuando ve a alguien decidido, lo sigue.
Será por eso que a los músicos de Rock se les ve como seres de luz.
Yo no diría tanto. Si eres de luz, de Iberdrola como mucho.
Pero sí que es verdad que, como decía antes, se les ve como “iletrados”, pero dentro de su misma familia se les ve como seres de luz, como los que nos dirigen.
No… bueno, te ven como un líder, como una estrella, como un macho alfa, yo qué sé. Pero eso es muy ilusorio. Hay muy pocos machos alfa realmente. Tanto en el Rock como en el mundo, machos alfa de verdad, auténticos.
¿Qué sería para ti un macho alfa en este caso?
Líderes, un líder de verdad. Un líder ideal. Que no te lidere por la música, si no que te lidere por el alma, por la filosofía. Pero yo todo eso lo veo unido. Hay mucho patán que es muy bueno cantando o tocando la guitarra, pero luego abre la boca y echas a correr. O por su comportamiento, es un borracho, es un cerdo, un maleducado, un salvaje, un pobre diablo. Sin embargo, lo ves en un escenario y flipas, pero por su comportamiento echas a correr.
Supongo que un pobre diablo necesitaría un líder también.
No, porque él se cree un líder.
Entonces él no vería que necesita un líder aunque lo necesitara.
No, porque está ciego. Ciego de todo además.
¿Crees que una leyenda a cuestas pesa?
¿Lo dices por mi caso? A mí me dicen que soy una leyenda viva y digo: “menos mal que dicen que estoy vivo”. Pues no lo sé, si lo mejor es no darle importancia. Mira, la importancia personal es lo que más nos lastra, el sentirte importante, el ofenderte porque otro te pita en el coche… por tu importancia personal, te hace gastar una energía terrible. Por eso a los sabios no les afecta nada. Porque ellos sí son realmente importantes. Pero han perdido la importancia personal. Por la importancia personal la gente mata. Por la importancia personal alguien ve que le has mirado mal y se levanta y te mete un navajazo. Lo cual denota la debilidad de ese tipo, que es tan vulnerable que una simple mirada le ha ofendido.
También dicen que las heridas que te provoca un desconocido duelen menos que la misma herida que te puede provocar un amigo.
Bueno sí, eso es otra historia. Pero evidentemente claro, la deslealtad duele.
Supongo que ‘Tienes un amigo’ puede ser un poco un bálsamo.
Sí, ‘Tienes un amigo’ es que si tú cumples ciertas premisas de comportamiento eres mi amigo, tío. O por lo menos no eres mi enemigo, eres mi prójimo. Porque “prójimo” viene de “próximo”. Y no todo el mundo es tu prójimo. Puede llegar a serlo. Ahora mismo un señor que está en Connecticut no es mi prójimo, pero tú eres mi prójimo porque estás cercano a mí. Si tuviera que hacer un favor al de Connecticut o a ti, tendría que hacértelo a ti porque eres mi próximo, ¿entiendes? Tu prójimo también es tu familia, tus amigos y… no sé, se me ha ido el hilo, no sé de qué iba la pregunta.
Era por ‘Tienes un amigo’.
Ah sí. Pues eso, si tú cumples ciertas pautas de comportamiento eres mi amigo, eres de los míos, estás en mi plano. Y si estás en mi plano nos vamos a llevar bien siempre. Pero cuidado, que esas premisas son difíciles de cumplir. Por eso yo tengo muy pocos amigos.
Mejor tener pocos y buenos que muchos y malos.
Claro, claro. Es mejor tener amigos que amiguetes. Porque amiguetes tenemos muchos. Amigos… Dicen que un amigo es alguien que a pesar de conocerle lo sigues queriendo. Lo importante en la vida es eso. Lo importante en la vida no es ser un gran guitarrista ni un gran actor, o un gran golfista o un tenista. Lo importante en la vida es ser un gran ser humano. Eso es lo importante. Tener consideración a los demás, a lo que te rodea. Ser consciente. Cuanto más consciente eres, más vivo estás. Cuanto más consciente eres más probabilidad tienes de fabricarte un alma cuando te vayas, porque hay gente que va sin fabricarse un alma. Aquí venimos a fabricarnos un alma. Eso es lo que yo creo. Pero hay gente que desaparece sin haberse fabricado un alma.
También es verdad que cuanto más conscientes somos menos felices podemos ser.
Claro, porque la vida es muy dura, tío. Esto es el infierno. El infierno y el cielo están aquí. Lo importante es como dicen en el Tao. Lo importante no es el cielo y el infierno, sino lo que hay por encima del cielo y del infierno. Que ellos lo llaman el Tao. Ellos dicen “el bien es una cadena de oro, pero el mal es una cadena de hierro y tú debes librarte de las cadenas”. Pero en fin, no divaguemos, que luego me llaman filósofo.
Bueno, el caso es contar algo. Supongo que la importancia de contar algo con las canciones implica que al final la gente te entienda. Incluso hay gente que no esté cerca de ti que a través de tus canciones pueda tenerte como un prójimo.
Ah, claro, claro. Si por una de mis canciones una sola persona entre millones recibe un poquito de luz, aunque sea una luz pequeñita, me doy por satisfecho.
Además estamos hablando de un disco doble en el que uno suena muy Rock y en otro suenan “tus cosas”, como dices. ¿Con qué prefieres que te identifiquen?
Es que la parte Rock es mía también.
Sí, pero todo el mundo ha hecho Rock. El otro disco es como más tuyo, más personal.
Sí. Te voy a poner un ejemplo. El Rock es como si yo tengo un restaurante y la gente viene a comer a mi restaurante, y yo les tratara con amabilidad. Pero el segundo disco es como si yo les invitara a comer a mi casa.
¿Y dónde prefieres que coman, en el restaurante o en tu casa?
En los dos. Porque además el restaurante es mi negocio (risas).
También hay que demostrar de dónde se viene. ¿Pero tenemos que demostrar a dónde vamos?
Pero si es que no sabemos ni a dónde vamos… ni sabemos de dónde venimos. Lo terrible de las personas que somos curiosas es que lo tenemos duro. A mí me gustaría saber por qué he nacido, y me gustaría saber por qué me tengo que morir. A mí eso me inquieta porque no lo entiendo. Y a mí, lo que no entiendo, me pone de mala hostia. Yo quiero entender las cosas.
Pero eso es un poco de impaciencia.
Sí, es que soy muy impaciente. A mí me dijo una vez un sabio hindú al que conocí que “dulces son los frutos de la paciencia”. Y evidentemente sí, y ahí estoy luchando contra mi impaciencia. Pero también es buena la impaciencia porque te hace moverte. Te hace buscar, olisquear como un sabueso, a encontrar la pista o el rastro.
Pero hace que estés un poco en la cuerda floja. Si pierdes los papeles al tener una paciencia limitada…
Bueno, la cuerda floja es muy divertida también ¿eh? Mientras no te caigas (risas)
¿Te pones muy impaciente cuando estás pensando un disco hasta que sale?
Sí. Tengo mucha impaciencia porque ha sido muy duro. He trabajado con muy poco presupuesto, a contrarreloj. Se me han retrasado mucho algunos aspectos del disco porque era la primera vez que lo hacía yo todo y porque con falta de presupuesto también se te hace todo más cuesta arriba. Pero digamos que el premio ha sido ver ahora el disco que me encanta tener ahora sobre la mesa y saber lo que contiene.
Texto: Carlos H. Vázquez.
Entrevista a Sherpa — “La importancia personal es lo que más nos lastra”.1 thought on “”
Muy pronto Sherpa en directo con su excelente nuevo guitarrista Luis Gio, cuya frescura y maestría a la guitarra dará a Sherpa el empujón necesario para triunfar en el actual panorama musical.