Quizá su nombre no le diga mucho a algunos, pero Yelsy Heredia ha colaborado en discos de gente como Salif Keita, Diego El Cigala o Bebo Valdés, entre muchos otros. Este joven contrabajista cubano lleva algunos años coqueteando con el flamenco y ahora con este disco en directo ha querido aunarlo con sus orígenes cubanos y jazz y su formación clásica. Una tarea nada fácil, aunque ha contado con unas cuantas colaboraciones para ayudarle en este viaje: Tomás de Perrate, Ramón Porrina, Alba Molina o Dorantes, entre otros.
La formación musical de Heredia hace que Recovecos tenga una mayor presencia de pasajes instrumentales, aunque la mayor parte de los temas son cantados. Así, la voz no tiene siempre el papel principal, lo que deja bastantes espacios para el buen hacer de la banda y el desarrollo de fraseos bastante cercanos al jazz, especialmente en temas como La Silera o el que da título al álbum. Sultanas es quizá la composición que más se acerca al concepto del disco y una de las más austeras también, únicamente a base de palmas, voces y contrabajo. El resto del álbum transcurre por terrenos mucho más asequibles y con momentos ciertamente pegadizos, como Soniquete pa tí o Lebrija son.
Recovecos es un disco interesante, con ciertos momentos de gran acierto, pero lejos de ser pionero o el padre en esto de la fusión entre flamenco, jazz y música cubana. Baste recordar aquel Lágrimas Negras, Son de la Frontera o el proyecto de Jorge Pardo Flamencuba. De hecho, Heredia tiene algo de todos ellos, aunque obviamente otorga un mayor protagonismo a su contrabajo, que es quizá el punto fuerte de este trabajo.
Texto: Juan Manuel Vilches