Corcobado posee la estela del artista maldito que habla desde las vísceras pero con poética propia, sin tapujos y con mirada aguda. Sonó casi al completo ‘A nadie’ (PIAS, 20009), con excepción de “Soy un niño”, “François de vacaciones” y “Resurrección”. ‘A nadie’ resulta ser un disco más abierto, variado, pero a la par rotundo e intenso, donde Corcobado dota de sonoridades de la música popular sus versos ácidos, ásperos, sobre la dureza de la vida y el trasiego fulminante del día a día. De discos pasados recuperó “Orquesta de perros”, la instrumental “Invernadero” y “La navaja automática de tu voz”. Sus versos ganan fuerza soltados ante la audiencia que se remueve, se agita y aúlla con los lobos de la noche. Señores y señoras bienvenidos a la ceremonia de Corcobado, y recuerden agítense antes de usar. O más bien déjense llevar porque él les agitará.
Texto: Andrés Castaño