Para abrir la noche los lusos For the Glory, que también hicieron acto de presencia en el festival gallego, un grupo que se caracteriza por su contundencia. Con el público algo titubeante comenzaron a desplegar sus intensos ritmos y no dejaron en ningún momento de moverse de un lado para otro del escenario. Comenzaron entonces los primeros circles pitt y los primeros pogos, aunque de forma muy tímida, pero el ambiente fue ganando en intensidad conforme Rui, Ricardo y compañía iban desgranando sus mejores temas, como All the Same y Lisbon Blues. Con un Sergio pletórico y que no cesaba de saltar una y otra vez, la electricidad que transmitieron fue brutal, y daban ganas de ponerse a saltar como locos junto a ellos. Un grupazo el de los vecinos For the Glory, que esperemos nos visiten más asiduamente.
A continuación, saltaron sobre el escenario los italianos Arhythmia, una banda de metal y hardcore producida por el propio Billy de Biohazard, un hardcore algo diferente a lo que habíamos visto en el concierto anterior. Quizá más cercano al metal, ofrecieron un concierto muy completo, aunque a mi entender deberían haber abierto ellos y no For the Glory, ya que las energías que nos insuflaron los portugueses se vinieron un poco abajo con los italianos. Aún así, fue un conciertazo, su guitarra, Matteo, no dejó de moverse durante todo el concierto, siendo el centro de atención en todo momento. Un sonido rápido, y algo sucio, que recordaba a grupos de nu metal como Limp Bizkit o Korn incluso, que dejaron a muchos en la sala con la boca abierta, ya que no se les conoce mucho por la península. No estaría nada poder disfrutar de ellos de nuevo pronto.
Y por último llegó el momento que todo estaban esperando, Biohazard. La sala se llenó, y Billy y los suyos salieron al escenario dispuestos a dar estopa de la buena. Su vigésimo cumpleaños como banda, con cambios en su formación, ha dado pie a una gira que ya les trajo este verano por Galicia. Desde un principio, Bobby Hambel comenzó a moverse sin pasar sobre el escenario, y los decibelios comenzaron a subir de forma escandalosa en la sala. Guitarras duras, bombo pesado, ritmos frenéticos y sobre todo intensidad en cada uno de sus temas, fue lo que vivimos esa noche en Madrid.
El público estaba extasiado, pidiendo caña tema tras tema, sudando como locos coreando cada no de los temas que sonaban como Urban Discipline, donde la gente no paraba de dar botes o Vengeance is mine, de su nuevo disco. Sonaron temas de toda su trayectoria, pogos y circles pitt no cesaron en todo el concierto, y Billy, viendo el ambiente de la sala no lo dudó y se lanzo sobre su público para tocarse varios acordes. Incluso se atrevieron con alguna versión (We´re only gonna die de Bad Religion), algo que no siempre es bien aceptado por el público cuando el grupo en sí tiene suficiente repertorio, aunque en esta ocasión fue magnífica.
Cuando el concierto llegaba a su fin, hubo invasión de público sobre el escenario, después de que Billy pidiera a sus fans que se subieran con él a cantar, y no lo dudaron ni un segundo. Con un final apoteósico, Biohazard se despidieron de Madrid a lo grande, después de haber descargado una buena dosis de tralla musical.
Fotos y texto: Héctor Vila