El concierto empezó con la entrega del título de Embajador de 46664 a manos del Embajador de Sudáfrica a lo que B. solo pudo responder con un “Siento que quiero llorar”; tras esto unas palabras transmitidas a través del presentador, donde decía que B.B.King le había comentado, antes de subir al escenario, que: “cada persona se merece el mayor número de instantes de felicidad y de amor en su vida, por eso miro al público para saber si alguna de esas personas ha logrado llegar a ese momento con la música”.
Le acompañaron durante el concierto una batería, teclados, dos trompetas, un saxofonista, guitarrista y bajista, que con bastante acierto seguían las indicaciones de B.B.King a la hora de hacer solos, que si eran de su agrado, les mandaba repetirlo.
Se respiró mucha compenetración entre cada uno de los miembros lo que se reflejaba en una muy buena ejecución de lo que quizás, junto al Jazz, es uno de los géneros más difíciles de interpretar sin llegar al aburrimiento. En general el concierto no flojeo en ningún momento aunque si se excedió en alguna introducción de las canciones, ya que la mayoría del público no entendía lo que decía.
Sobre las dedicatorias llamó la atención en el tema “You are my sunshine” al público femenino y “Rock my baby” al masculino, lo cual nos demuestra que B. sigue teniendo ese espíritu Blusero y de Rock & Roll recorriéndole todavía por las venas.
La sorpresa de la noche fue la invitación de B.B. King al escenario de otro de los grandes de la guitarra como es Raimundo Amador, quién subió y demostró su gran talento ante B. quien durante el solo de Raimundo se giró hacia el jefe de su banda y soltó un profundo “cool”. Más tarde se despidió del público madrileño con “Thrill Is Gone”, lo que puso fin a la noche.
En resumen, aunque echamos de menos “Lucille” y otros de los grandes temas del Rey, la noche estuvo llena de momentos emotivos, donde a pesar de sus casi 85 años, nos demostró que todavía puede dar verdaderas lecciones a los mejores guitarristas del mundo.
Texto: Max Ilzarbe
Fotos: Pointer