CIUDAD: Barcelona
LUGAR: Sala Apolo
GRUPO: Satyricon
DURACIÓN: 85 minutos
INVITADOS: Chthonic (25m.)
Que Satyricon miran más al presente que al pasado lo demuestra el hecho de que en su actual gira repartan su set list entre los últimos álbumes que han publicado, recurriendo únicamente a puntuales momentos para recordar piezas imprescindibles de su discografía como sucedió en su presentación en la sala Apolo de Barcelona con “Hvite Krists Dod”, de su segundo álbum, The Shadowthrone, publicado en 1994, y con “Forhekset” y “Mother North” (el último obligado bis) de su reconocido trabajo Nemesis Divina de 1996. El resto de material procedió de sus últimos cuatro discos, lanzados a partir del 2002 hasta la actualidad, incluyendo su nueva obra de 2013 de título homónimo.
Antes de la actuación, la sala no presentaba la mejor imagen en cuanto a asistencia, sin embargo, cuando los miembros de Satyricon aparecieron sobre el escenario la situación, sin ser la ideal, había mejorado lo suficiente como para que el grupo noruego se sintiese respaldado por un buen número de seguidores.
Lo cierto es que los presentes pudimos disfrutar de un concierto de black metal que se debatió entre la intensidad rítmica y las atmósferas oscuras, con un inicio enigmático con la instrumental “Voice Of Shadows” y que, de repente, se tornó arrollador al ejecutar la mencionada “Hvite Krist Dod”, seguida de “Now Diabolical”, que levantaron de inmediato los ánimos de los presentes.
El impresionante kit de batería de Frost y un pié de micro en forma de tridente, resultó lo más vistoso de un escenario bastante sobrio realzado por un juego de luces de cromatismos rojos y tonalidades oscuras, con algún que otro centelleante resplandor que cegaba las retinas despistadas.
Obviamente, tanto Frost con su portentoso trabajo, aunque prácticamente invisible detrás de aparatoso instrumento, como Satyr con su colosal caudal de voz, acapararon una parte importante de protagonismo. Satyr, en alguno de los temas, como “To The Mountains”, incluso cogió la guitarra para realzar aún más la sonoridad sobre el escenario. Recordemos que el resto del grupo solo es de apoyo para los directos ya que Satyr, excepto la batería, se encarga del resto de instrumentos a la hora de componer.
Canciones como “Black Crow On A Tombstone”, “Our World It Rumbles Tonight”, “Angeles NortherN Spirit” o “To The Mountains”, mantuvieron la atención del público con su malévolo magnetismo mientras Satyr ejercía de diabólico “maestro de ceremonias”, respaldado sólidamente por sus compañeros y por un sonido excelentemente calibrado desde la mesa de control.
Como corresponde a su condición de banda de black metal, los componentes de Satyricon mostraron en todo momento un semblante serio, sin conceder siquiera una leve sonrisa, incluso tienen una peculiar forma de decidir si el público es merecedor de los bises. Una vez terminado el concierto, la formación al completo se plantó delante del escenario (solo en ese momento pudimos verle la cara a Frost) esperando la respuesta del público; una vez conformes con la actitud positiva de sus seguidores tomaron posiciones para arremeter con dos clásicos como “Mother North” y “Fuel For Hatred”.
De nuevo situados al borde del escenario, repitieron “la jugada” esperando el comportamiento de sus seguidores; tras intercambiar unas palabras Satyr y Frost, regalaron un último tema, “K.I.N.G”., para culminar una actuación convincente donde no se desperdició tiempo en agradecimientos banales, aprovechándolo para demostrar su vigencia y su positiva evolución dentro de los cánones del black metal.
CHTHONIC
Era la primera vez que los taiwaneses Chthonic visitaban España y, al menos en el concierto de Barcelona, se debieron llevar una completa decepción al tener que actuar ante un escaso público de no más allá de 40 personas.
Y no se lo merecían, tanto por su trayectoria de casi 20 años de actividad así como por su interesante propuesta musical respaldada por su original fórmula de mezclar el black/death metal con elementos folclóricos orientales, como quedó demostrado desde un principio cuando el vocalista Freddy Lim tocó el erthu, instrumento típico de su país, durante la ejecución de “Oceanquake”, algo que repetiría posteriormente en otras canciones.
La habilidad guitarrera de Jesse Liu, el atractivo y efectividad de la bajista Doris Yeh, la vistosidad del teclista CJ Kao, enfundado en una máscara tan exótica como agobiante y la contundencia del batería Dani Wang, luciendo una mordaza al estilo de Hannibal Lecter, proporcionó al escaso público una magnífica presencia escénica, corroborada por un sólido repertorio donde incluyeron piezas como “Supreme Pain For The Tyrant”, “Nex Republic”, “Southern Cross”, “Sail Into The Sunset’s Fire” y “Defenders Of Bu-Tik Palace”. Lástima que solo lo pudiéramos apreciar unos pocos.
CRONICA Y FOTOS POR LOCKY PEREZ