Hace algunas semanas recibimos en la redacción de Musicópolis el avance de esta banda, que nos presentaba un breve adelanto del que iba a ser su primer disco. Pues bien, ya lo tenemos aquí y, una vez superado el despiste inicial entre el título del disco y el nombre de la banda, que inevitablemente nos hace recomponerlo como recuerdo al gran Charlie Parker, nos encontramos con una banda muy clásica en su propuesta: pop-rock sesentero en la línea de las grandes bandas de la época.

Early abre el álbum con un estribillo risueño y muy pegadizo. Roll Over Baby y Rock and Roll Has No Name funcionan bastante bien recordándonos a cientos de canciones y tienen un gusto dulce al rock de los cincuenta. Sticked Together y Friends se desplazan a un terreno más cercano al folk-rock americano, con la ineludible referencia de Neil Young. I Can Stand The Pain baja un poco más la velocidad inicial para presentarnos un medio tiempo casi acústico. River Song es probablemente una de las composiciones más inspiradas del disco, como un lejano recuerdo al Dylan de los primeros 80. La segunda mitad del álbum quizá se queda algo corta con respecto a los primeros veinte minutos, pero aún así hay momentos interesantes en Out Of My Bed o Give Me Love.

Super Parkers quizá tengan entre sus preferencias bandas como Pixies, Stooges y similares, pero en su primer trabajo han conseguido fraguar un sonido más anclado a lo que hicieron gente como Small Faces en los sesenta. Y su mayor logro es haber grabado un disco divertido, muy festivo y con composiciones de dos o tres minutos, que refrescan bastante un panorama a veces saturado de propuestas sesudas. Si hay algo que Super Parkers van a lograr con total seguridad es que nadie escuche este disco una sola vez.

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Texto: Juan Manuel Vilches