Quinto álbum ya de esta banda sueca que lleva desde finales de los noventa rescatando sonidos de los setenta y ochenta sin terminar de decidirse por unos u otros. En esta ocasión el disco ha sido producido por Jonas Edler y Morgan Zocek con algunos miembros de la propia banda y masterizado por Mats “Limpan” Lindfors en los muy concurridos estudios suecos Cutting Room.
Poco más que el título del disco nos va a recordar al gran Dio, porque Sideburn no se apartan un milímetro de lo que hicieron en su anterior IV Monument. Sus referencias se mantienen intactas: Black Sabbath, Candlemass y algo de clásicos como Rainbow o Judas Priest. Casi, casi encontramos hasta las pistas del disco en una orden similar: Masters Of Slave tiene unos de esos riffs pantanosos marca Iommi y Sea Of Sins trae voces más épicas, mientras que The Day The Sun Died y Presence recogen los momentos más pausados de Blackmore con Dio y Evil Ways bien podría haber formado parte de discos como Sin After Sin o Hell Bent For Leather.
Aunque metidos de lleno en la moda retro de rescatar sonidos setenteros, estos tipos han conformado un mejunje muy atractivo que bien merece unas cuantas escuchas. No son pocas las bandas que tenemos para elegir en el género en los últimos años (Graveyard, Witchcraft, Kadavar o Mountain Witch, entre muchas otras), pero la buena noticia es que casi todas ellas mantienen el listón bastante alto y Sideburn merecen un sitio entre ellas sin duda.
Texto: Juan Manuel Vilches