Robert Plant estaba de vuelta por Madrid, y cientos de aficionados se reunieron en el Jardín Botánico Alfonso XIII para disfrutar del mítico vocalista y su banda The Sensational Space Shifters. No se puede negar que la mayoría de los allí presentes estaban esperando que Plant y compañía tocasen alguno de esos temas que le hicieran mundialmente famoso junto con Page, Bonham y Paul Jones, o lo que es lo mismo Led Zeppelin, pero hubo un poco de todo en el concierto.
Con la premisa de saber que el único tema que no sonaría en el concierto sería “Stairway to Heaven“, muy de actualidad tras la demanda de plagio que ha sido desestimada, nos presentamos allí a disfrutar de uno de los mejores, si no el mejor, vocalista de la historia del hard rock.
Para abrir el concierto Mike Sánchez & The Portions nos obsequiaron con una maravillosa muestra de rock and roll clásico, al más puro estilo rockabilly, que personalmente me dejó un buen sabor de boca. Quizá se notó demasiado que los asistentes estaban impacientes por ver a Plant y no hicieron excesivo caso a su actuación, pero fue de nota.
Con la tarde llegando a su última hora, Robert Plant y compañía hicieron acto de presencia sobre el escenario, Plant y su banda venían a presentar su último trabajo Lullaby and… The Ceaseless Roar.
Con un aforo que rozaba el lleno, empezó el concierto con uno de los temas de Led Zeppelin, con aires flamencos, “Babe I’m gonna leave you” adaptado de una versión de Joan Baez. Plant, de rojo pasión y cabello plata, por momentos hacía recordar al ángel que ilustra muchos de los productos de merchandising de Led Zeppelin.
Con este comienzo la gente ya era consciente que iba a vivir una noche mágica en el Botánico. A continuación “Tin Pan Valley“, de su etapa con The Strange Sensation, arrancándose a hablar algo en español.
Llegó el turno entonces de “What is and what should never be“, corte del segundo disco de Led Zeppelin, esta vez con aires más blueseros que de costumbre. “Spoonful“, una versión de Willie Dixon, sonó a continuación, mientras no cejaba de insistir al público que disfrutase del show, cosa que todos y cada uno de los presentes hacía. “Rain Song“, otra de Zeppelin, hizo las delicias de los asistentes, haciendo las veces de bypass para lo que nos esperaba. Entonces Plant volvió a preguntar al público “¿Suficiente? ¿Cuánto más?” y dejar claro que “somos británicos y estamos felices de ser europeos”.
“All The King’s Horses” fue el tema escogido para continuar el concierto y, a continuación, “Poor Howard“, con tintes africanos en sus melodías. De nuevo Led Zeppelin volvió a resonar en la noche madrileña con “Friends“, uno de su temas más folk.
El concierto llegaba a su fin, con “Little Maggie” y su versión de “Fixin’ to Die“, pero antes de terminar este último llegaba el momento apoteósico de la noche, los primeros acordes de uno de los temas más conocidos de Led Zeppelin comenzaban a sonar, haciendo vibrar al público que no perdía detalle, y con su teléfono móvil al aire, “Whole Lotta Love“. Con aires algo más folclóricos uno de los emblemas de la banda resonó en el anfiteatro de forma atronadora.
La noche cerrada se nos había echado encima sin darnos cuenta, obnubilados con la voz de Plant y su presencia en escena. Hay que reocnocer que sigue siendo el mismo rockstar que fuera en su época más gamberra, pero con sus limitaciones por la edad claro está.
Para cerrar su actuación, un tema que siempre dejan para el final, “Rock and Roll” en el que el público ya estaba desatado, y todos coreaban cada una de sus letras. Pero no estaba todo dicho, había un regalo de despedida, “Going to California” dejándonos a todos con la boca abierta y, lamentablemente, con ganas de mucho más. La sensación fue la de dar el caramelo pero no llegarlo a probar, aún así uno de los conciertos más mágicos que he podido ver, una de esas espinas que se tienen, una de esas bandas, en este caso vocalista, que hay que ver una vez en la vida.
Con todo esto, y dando igual la hora a la que acabase, sólo puedes irte a casa con una sonrisa en la cara y con la sensación de haber disfrutado de unos de esos conciertos que van a pasar a formar parte de tus recuerdos musicales más importantes.
Fotos y texto: Héctor H. Vila