El tercer álbum de los daneses, con unos cuantos ep’s de por medio y un directo, no es ni más ni menos lo que cualquier aficionado a Efterklang esperaba. Se veía venir y aunque muchos esperaban seguro un punto de riesgo en una nueva vuelta de tuerca… pues no ha sido así. Dan ahora un paso adelante en la senda inaugurada con su anterior Parades: un poco más pop, más épico, con mayor protagonismo de las voces y menos electrónico.
La experiencia con la Danish National Chamber Orchestra, en la que interpretaban Parades en un directo inmenso, excesivo y con una estética de cuento, ha tenido su consecuencia en forma de disco, aunque no han conseguido recoger más que las raspas de aquel trabajo. Porque con Magic Chairs buscan incesantemente esa grandilocuencia y la enorme carga emotiva que destilaba Performing Parades. Hay que reconocer que consiguen algo de todo esto con los dos primeros cortes, Modern Drift y Alike, el primero con una de las mejores melodías pop del año y unos arreglos casi demasiado asequibles para esta banda; el segundo envuelto en un ritmo hipnótico lejano muy del gusto de tantas formaciones nórdicas. I Was Playing Drums es otra de las pocas que escapan a la sensación de apatía general. Porque, a medida que se suceden las pistas, nos vamos a encontrar con más cuerda, arreglos ampulosos, melodías que pueden llegar a ser empalagosas, un tratamiento de las voces cada vez más exagerado y pocas sorpresas. Al contrario que en Parades o en Tripper, es complicado aquí que sus temas te acompañen durante semanas y tengas la necesidad de escucharlos una y otra vez.
La apuesta ha sido arriesgada, porque en esta senda del pop épico de cámara no son pocos los asentados, Sigur Ros y Grizzly Bear entre otros, con sus pequeñas diferencias entre ellos y todo. Sin embargo, Efterklang cuenta con la colaboración de unos de los músicos que más alegrías da en los últimos años a los oídos más entrados en años: Peter Broderick. De momento —y no durará siempre- suficiente para darle al menos una oportunidad a sus trabajos.
Texto: Juan Manuel Vilches
Efterklang — Magic Chairs (2010)2 thoughts on “”