Con un diseño de portada mucho más optimista y luminoso que en sus dos anteriores trabajos, parece que el Sr. Hegarty intenta dar un pequeño giro a su fama de artista enamorado de la oscuridad y la melancolía. El título del corte que abre el álbum también va en esta misma dirección: Everything Is New, aunque musicalmente se hace complicado establecer un salto hacia cierta jovialidad o un enfoque menos lóbrego.
The Crying Light, a pesar de los esfuerzos de Antony por deshacerse de las presiones, fue indudablemente el álbum que debía confirmar a la gran revelación de la primera década del siglo XXI. A nivel compositivo, se hizo patente que su capacidad de introspectiva y de crear una asombrosa diversidad de emociones había sido mermada por años de gira y un exceso de exposición mediática. Así que The Crying Light quedó como disco casi de transición. Y le ha venido bien, porque en Swanlights ha recuperado gran parte del talento desplegado en sus dos primeros trabajos. La primera muestra la tenemos con Ghost, una pieza con un piano sobrecogedor, casi galopante, que hace sombra a la voz, acostumbrada a aglutinar todos los oídos. I’m In Love, con unas líneas simples de teclado actuando de base para el desarrollo del oboe y la voz, es un ejercicio de búsqueda de nuevos terrenos sonoros dentro del particular universo de Antony & The Johnsons. Thank You For Your Love recupera lo mejor de I Am a Bird Now e incluso recuerda demasiado al magnífico Fistful Of Love. Pero se le perdona, sobre todo por la sección de vientos que le acompaña al final.
Flétta, uno de los mejores temas del álbum, cuenta con la colaboración de Björk. Para muchos el primer pinchazo en la nutrida lista de colaboraciones excepcionales (Lou Reed, Devendra Banhart, Boy George, etc.) de Antony. Pero es que Björk no consigue aportar nada nuevo y lucha por hacer suya una canción que no la acepta. Seguramente este tema hubiera ganado más si hubiera recurrido a su vieja amiga de Joan As Police Woman, con quien ya demostró su complicidad en I Defy.
En Salt Silver Oxigen y Christina’s Farm comprobamos cómo aquella gira con orquesta le ha dejado al Sr. Hegarty con ganas de seguir probando con estos sonidos. Por cierto, Salt Silver Oxigen con una curiosa letra en la que da un giro a una de sus frases habituales y preferidas en sus directos: “Jesus a girl”, ahora como “Christ becomes a wife”. Hablar ahora de la cuestión de sexo y su influencia en la música de Antony no sería más que redundar en una cuestión comentada en exceso. Mucha mejor opción, aún más en otoño, disfrutar de Swanlights y recuperar algunas de las sensaciones que nos sorprendieron en sus dos primeros discos.
Texto: Juan Manuel Vilches