Hace ya 6 años que Musicopolis acude puntualmente al festival de Roskilde, en Dinamarca. Además de las andanzas musicales, una de las mañanas está reservada para que varios voluntarios muestren a la prensa internacional algunos rincones del festival cerrados al público y podamos conocer a veteranos del evento que nos cuentan datos y anécdotas. En esta ocasión charlaremos con uno de los responsables del Orange Stage, y, de camino a uno de los escenarios más imponentes del mundo, aprendemos un poco más de los entresijos roskildianos.El festival de Roskilde es el evento más importante de toda escandinavia, el que acoge a la mayor cantidad de gente, pero el festival no considera a esas 100.000 personas por día público o invitados, les considera participantes. “Roskilde ha llegado tan lejos porque el festival lo crea el público, no las bandas de música”. De hecho ha arraigado la tradición de que al final del curso de Boarding School (una especie de Erasmus dentro de Dinamarca), los amigos que han compartido destino, alegrías y penurias, acaben todos en el festival creando un nuevo Camp y volviendo cada año. La proliferación de esta tradición que trae a nuevos miles de adolescentes anualmente ayuda bastante a que la media del festival sea de 24 años, porque, al contrario de lo que ocurre en la inmensa mayoría de los festivales españoles, la mezcla de edades y generaciones en Roskilde es absoluta.Muchos de estos jóvenes ejercen el voluntariado por primera vez en este festival, y lo hacen como una manera de ahorrarse el precio del abono, pero a algunos de ellos la experiencia les entusiasma y han emprendido proyectos de voluntariado en sus lugares de origen. “El festival forma parte del proceso de aprendizaje, de hecho nuestros temas de este año son la solidaridad y la igualdad”.
Uno de los voluntarios confiesa que lleva asistiendo desde hace más de 25 años, ¿has estado en todos desde entonces? “me hubiera gustado, claro, pero hay ocasiones en las que no se puede, he faltado tres veces: cuando nació mi hijo, cuando murió mi padre y cuando me operaron por un problema de salud.”Llegó el gran momento y subimos al escenario del mítico escenario Orange, aunque apenas hay gente a esa hora de la mañana la vista impresiona, pero están prohibidas las fotos “Nada de móviles en esta zona, sé que (Bob) Dylan cenó pescado anteayer porque todavía puedo olerlo, pero no hay fotos” comenta socarrón el responsable del escenario principal.Cada año se ocupan del Orange Stage 1000 voluntarios, siempre veteranos para no arrugarse ante los mitos con los que tienen que trabajar. “¿Problemas aquí? que va, ya ha llegado todo el gear de Robyn y (de los artistas de hoy) sólo falta el de Wu-Tang Clan, que tendría que estar aquí desde hace 3 horas, pero bueno, al final llegará, siempre llega”.La mítica carpa naranja, símbolo de Roskilde, fue originalmente un escenario que The Rolling Stones usaron para una mini-gira de 3 conciertos a principios de los 70. También la usó Queen una vez, en 1977 en Hyde Park. “En realidad esta carpa es la tercera versión, la original era muy pequeña y cada vez la hemos hecho más grande. El año que viene tendremos una nueva, ¡más grande!”.
¿A todo el mundo le gusta este escenario? “No creas, es muy malo para el tema de las luces, ya que tiene un techo muy bajo y además hay artistas que se niegan a tocar aquí, date cuenta de que el espacio es tan grande que pueden tener delante a 15.000 personas y que parezca que está vacío… y hay mucho ego en este mundillo”Pero también hay humildad en algunas grandes estrellas, “Bruce Springsteen y toda su crew caben todos en una misma mesa, de hecho lo sé porque cenan todos juntos en una. Pero luego llegan los Stones, te traen 160 personas y apenas se cabe en el backstage”Gorillaz fue el último concierto de 2018 en este escenario y en la última canción uno de sus miembros, Del the Funky Homosapien, cayó al foso, algo que debería ser imposible: “vosotros mismos estáis en el escenario, se ven todos los cambios de nivel, las líneas de demarcación son enormes, además se ven en la oscuridad. Si alguien se cae es que no está en condiciones de salir a un escenario”Nos despedimos del responsable cuando nos confiesa quién es el verdadero jefe allí “El pato es el ‘tent manager’, es él el que está al mando” comenta mientras señala un patito de goma en la parte central de la carpa, mirando al público. Anden (pato en danés) es la mascota del escenario orange, antes lo ha sido de otros escenarios y ha vivido muchas aventuras, incluyendo varios secuestros que documenta en su propia página de facebook.