Artista: James LaBrie
Disco: Static Impulse
Sello: InsideOut.
Fecha de publicación: 27 septiembre 2010
Más información: http://www.insideout.de
Valoracion: 6,5/10
Listado de canciones:
1. One More Time 4:16
2. Jekyll or Hyde 3:46
3. Mislead 4:18
4. Euphoric 5:09
5. Over the Edge 4:20
6. I Need You 4:11
7. Who You Think I Am 3:57
8. I Tried 3:58
9. Just Watch Me 4:18
10. This Is War 4:30
11. Superstar 3:32
12. Coming Home 4:29
Duración total: 50’44”
¿Quién dijo que LaBrie no era un tipo arriesgado? Su nueva oferta musical dista mucho de lo que nos tenía acostumbrados en sus aventuras en solitario. Quien espere encontrase algo parecido a su anterior ‘Elements Of Persuassion‘, que vaya quitándoselo de la cabeza. Aquel que busque un retorno a los añorados Mullmuzzler, que directamente ni pise la tienda de discos. En esta ocasión, James ha apostado por algo de riesgo: no se si triunfará con ello, pero desde luego tampoco perderá.
‘Static Impulse‘, vaya por delante, es un buen disco. No tiene ninguna pega compositiva, y mucho menos de interpretación. Pero adolece de originalidad, las cosas como son. De inicio te sorprende por su estilo, puro sonido sueco, tan alejado del LaBrie que todos conocíamos, pero tras sucesivas escuchas la euforia inicial se torna en pereza. ¿Por qué? Pues porque se queda en tierra de nadie: ni conquistará al ávido consumidor de progresivo, ni emocionará a las nuevas generaciones metaleras. LaBrie ha contado con el respaldo seguro de los ‘nuevos’ fans de Dream Theater, y de la base metalera de la escuela sueca, que tan buenos resultados le está aportando a bandas como In Flames o Amorphis. Aunque a mi entender, podría haber conquistado también a todos los progresivos de nueva generación si hubiera cuidado un poco más las líneas compositivas, o la variedad de estructuras.
El canadiense presenta un disco que como decía, de inicio, sorprende por sus registros agresivos y las voces cercanas al death melódico a cargo del batería Peter Wildoer, en contraposición a las líneas más claras de LaBrie, de las cuales no hay que restar mérito alguno, y que como no podía ser de otro modo rayan el más alto nivel de que es capaz. Pero es un efecto que se va diluyendo según avanzan los temas, dada su semejanza y repetitividad. Cierto es que encontraremos temas muy destacables, como la primera ‘One More Time’, cruda y directa, y sobre todo muy compacta. Sinceramente, he disfrutado con joyas de puro metal como ‘Jeckyl Or Hyde‘ o ‘Euphoric‘, que siguen por el mismo camino.
Pero poco a poco, según avanza el disco, se va diluyendo ese efecto sorpresa a la vez que la diversidad musical se estanca, hasta encadenar unos temas con otros sin apenas notar la diferencia. Para colmo, cuando rescata el sonido de su banda nodriza no es precisamente el más progresivo y atractivo de la misma, sino que se centra en esta última etapa más dura y lineal de Dream Theater, de esquemas rítmicos encorsetados y riffs guitarreros predominantes frente a los amplios desarrollos instrumentales que les caracterizan. Destacable es la labor de su inseparable Matt Guillory, quien adorna todos los temas con colchones de teclados que si bien no son el hilo conductor de las composiciones, si que los enriquecen muy por encima de la base rítmica machacona que los caracteriza. Así, temas como ‘I Need You‘ o ‘I Tried‘, cumplen, pero no destacan.
La nota asonante llega de la mano de los medios tiempos, como ‘Just Watch Me‘, que no termina de convencerme en el inventario del canadiense, o la tediosa e innecesaria balada final, ‘Coming Home‘, que inexplicablemente debe haber colmado las expectativas del propio LaBrie, al incluirla en una versión -ligeramente- alternativa en la edición especial del disco.
En definitiva, ‘Static Impulse’ se sube al carro de las nuevas tendencias, incluyendo pequeñas dosis de los Dream Theater más lineales para atraer a su audiencia, explorando un metal de corte moderno, potente, pero demasiado fácil para un artista al que se le pide (o debería pedírsele) algo más. Repito, su nivel vocal es inmenso durante todo el disco, y musicalmente son temas perfectos, sin excesos técnicos. Pero hay veces que con eso no basta. Quizá la sombra de Dream Theater es demasiado alargada.
Más información: Página oficial de James LaBrie
Valoración: 6,5
Javier Moreno Vega www.portalesquizofrenia.com