Hablar de The Toasters conlleva retroceder a los primeros años 80, en los que, como influencia directa del 2 Tone británico, los aires jamaicanos llegan a Estados Unidos, concretamente a Nueva York, donde, por aquel entonces, un joven Robert “Bucket” Hingley formó uno de los primeros grupos de ska que hubo por aquellas tierras y, quizás sin quererlo, sembró lo en que la actualidad es la mejor escena jamaicana que existe. Con la creación años, más tarde, de Moon Ska Records su figura se ha convertido en leyenda.
Está claro que el tiempo pasa para todos y para The Toasters no iba a ser menos. Con unos conciertos explosivos y repletos de grandes músicos encima del escenario, las tostadoras se presentaron en Madrid con un plantel algo corto, sin teclado y con sólo un saxo y un trombón. No vamos a negar que el ritmo y la fuerza que tienen hacen que sus conciertos sean “sudados”, pero también creo que ya no es lo mismo, que ese rock&roll que practican está destinado a los jóvenes que empiezan a conocer los ritmos caribeños, y que a los más viejunos como yo sólo aporta el poder ver a una leyenda encima del escenario y recordar tiempos pasados.
No vamos a pedir a los chicos que nos hagan una muestra de los diferentes ritmos que se han parido en Jamaica, porque a Bucket ahora lo que sale del alma es el SKA, fiesta y bailoteo hasta la extenuación. Con unos primeros acordes muy Motown, al instante ya se sabía cómo iba a ser el concierto, sonando clasicazos de ellos que hacían volverse loco a todo el público; es el caso de “2Tone Army“-canción que les hizo conocidísimos en América-, “Shocker“, perteneciente a su primer disco Skaboom (1987) ,-para mí el mejor tema del bolo-, “Pool Shark” y “East Side Beat”, bombazo skatalítico no apto para personas adictas al trankimacín.
Sin tiempo para relajarse, salvo un reggae muy a lo Toasters, enseguida volvió el caos con “Weekend in a L.A.“, y “D.L.T.B.G.Y.D“, canción perteneciente a su trabajo del mismo nombre publicado en 1997. Llegó la hora de los bises, y como no podía ser menos, nos regalaron más clásicos, pasando desde el blues hasta un pequeño amago de rocksteady convertido al final en ska, para acabar con su particular y 2tonero homenaje a ese agente secreto que todos conocemos con el tema “Matt Davis“.
En definitiva, noche de rock&roll veinteañera y sudorosa; una retrospectiva a un cantante y a un grupo mítico al que hay que agradecer lo que han hecho por esta inigualable música, acercárnosla un poco más. Crecí con The Toasters, me metieron estos ritmos por vena, y siempre será un orgullo y un verdadero placer poder escribir sobre ellos. Larga vida al Rock&Roll!
Texto: Tío Pauleras. Fotos: Kike Rincón