Nikki Hill volvió a tocar de nuevo en Madrid, en la sala Cool. Este grupo estadounidense nunca deja de sorprendernos. Y es que la apodada como “Southern fireball” nos deleitó con la ferocidad que le define. Con su voz, su poderío y el “mojo”- esa característica tan bien sabida por Muddy Waters– hizo orbitar todas las miradas hacía ella.
Nos deleitaron con un setlist compuesto por más de quince temas. De su primer disco “Here’s Nikki Hill” (2013), destacaron “Strapped to the beat”, “Ask yourself”. De su segundo trabajo, “Heavy hearts hard fist” (2015), interpretaron la homónima a este, “Struttin'”, “Scratch back” entre otras. Estos álbumes mantienen un rock and roll muy fiel, al estilo de Chuck Berry o Little Richard, que supieron defender en el escenario. Combinaron también con R&Bs melosos y dulces, las cuales Nikki cantó con absoluta comodidad.
De su tercer y último álbum, “Feline Roots” (2018) sonaron “Get down, Crawl”, “Holler out Loud” como principales. Rock and roll mucho más sucio y garajero con picardía y suspicacia de la sureña. Mención especial al tema “Can´t love you back (it´s a shame)” con un R&B mezclado con un tímido reggae.
Y es hora de presentar a la formación. Empezamos con la guitarrista Laura Chávez, una maestra de la guitarra. Nos brindó unos solos tan bluseros que nos desplazó al propio Mississippi. Sin duda, ella conocía el blues. Seguimos con otro guitarrista y esposo de Nikki, Matt Hill. Este vestía un aspecto muy similar a nuestro querido policía de “Stranger Things”. Matt no era blues, era verdadero rock and roll. Consiguió eclipsar en sus solos a la mismísima Nikki, como un flautista de Hamelin con guitarra.
Continuamos con el batería Marty Dodson. No destacó especialmente, a excepción de un par de solos. Avanzamos con DiCaprio caracterizado en “Revenant”, Nick Gaitan, bajista. Con personalidad más tímida en comparación al resto, se mantuvo realizando su trabajo perfectamente en la sombra. A pesar de no sobresalir, estos dos últimos músicos contribuyeron con una labor muy válida para la formación.
Terminamos con la fiera de Nikki. La nacida en Carolina del Norte es el cóctel perfecto de la voz y sensualidad de Tina Turner, el rock and roll de Little Richard, y el carisma y seguridad del showman James Brown. A cada solo de sus compañeros, aprovechaba para animarles desplegando sus poderosos pasos de baile, con la habilidad natural de robarte toda tu atención. No existía duda en ella. Y es que Nikki nos enseña la oportunidad, a estar en el momento presente y disfrutar cada momento como se merece. Es un aprendizaje, no para la música, sino para la vida misma.
Esta banda nos brindó dos regalos esa noche. El primero fue el final del bis más cañero que haya visto la sala Cool. Sonó el tema “The fire that’s in me” Desatados. Solo de guitarras inundaban la pista. Nikki enfurecida cantaba y danzaba con exuberancia. El segundo obsequio, la noticia de un nuevo álbum. Y, con este, ¡una nueva visita a Madrid! Por tanto, tendremos mucho más blues, mucho más rock and roll y… ¡mucha más Nikki que disfrutar!