Una vez alcanzadas las 17:00, volvíamos al camping, con la intencion de ver el concierto de Maria Arnal i Marcel Bages, pero las interminables colas de las duchas, y los retrasos de los autobuses, nos retrasaron varias horas. Llegamos a tiempo para ver a Meute, grupo alemán que ya me maravilló hace tan solo unas semanas en el festival Sziget, un ejercito de vientos y percusión que regala un show potente, de música electrónica divertida y con ciertos toques oscuros. No me quedé a verles al completo, porque era capital conseguir una buena posición para ver a Nick Cave & The Bad Seeds, mi artista favorito de todo Cala Mijas. Pero lo que pudimos ver de ellos, de nuevo, fue sensacional.
Para Nick Cave & The Bad Seeds, fue realmente sencillo conseguir una buena ubicación. Con acudir tan solo media hora antes del concierto, podías ponerte en tercera o cuarta fila, algo absolutamente imposible en otros festivales en los que le he podido ver, como son Primavera Sound y Roskilde, en los que tenias que pelear las primeras filas como poco, una hora antes del comienzo del show. El concierto arrancó con Get Ready For Love, calcando el setlist que ha estado tocando en la mayoría de su gira, con un pequeño cambio. Carnage se quedaba fuera, y entraba The Weeping Song, como cierre al final del concierto. Como de costumbre, la arrolladora presencia del frontman nos hizo a todos sonreír y entrar en catarsis. Estábamos ante el chamán de nuestra nueva tribu, el mentalista que nos tenia hipnotizados con cada unos de sus movimientos y frases para corear. Sonaron especialmente poderosas From Her to Eternity, Tupelo, o The Mercy Seat, y no faltaron los momentos memorables, como cuando sacó a bailar a una chica durante Red Right Hand, cogió unos vasos que le dio un chico del público, para posteriormente, pasárselos por las axilas, y sugerirle que los pusiera en Ebay, o en la parte final de The Weeping Song, cuando nos animó a todos a tocar las palmas, amagaba con bailar flamenco, y mientras, algunos en el público, le gritaban “folclórica, gitana, andalusa” entre otras cosas. Como de costumbre, Nick Cave & The Bad Seeds no falla, y fueron el mejor cabeza de cartel de Cala Mijas
Tras Nick Cave, decidimos irnos a ver a Kraftwerk. Tenia muchas ganas y mucha curiosidad por ver su espectáculo en directo, pero la realidad, es que fue francamente decepcionante. Aguantamos 20 minutos, antes de irnos al escenario de electrónica. Es cierto que me dio pena no darles otra oportunidad, y que al final, su música, que podemos entenderla como un “proto-techno”, es lo que es, pero en ese momento de la noche, necesitábamos cosas más fuertes y potentes.
Y vaya si las tuvimos. Acabamos en La Caleta, donde el dúo belga Charlotte Adigéry y Bolis Pupul presentaban su primer disco, ante uno de los públicos más divertidos de todo el festival. Sus sonidos tropicales, mezclados con momentos de tralla sin contemplaciones, y tempos lentos, fue exactamente lo que necesitábamos en ese momento. Sin duda, la gran revelación del festival.
No eran revelación, porque sus más de 20 años de carrera les avalan, pero también disfrutamos con The Chemical Brothers. A esta hora de la noche, se empezaba a sentir el viento, y como este, a veces, rompía las ondas de sonido, entorpeciendo como nos llegaba a los que no estábamos en primeras filas. Pero su espectáculo visual, su catalogo de hits, y la diversión que sentía el público que nos rodeaba, fue más que suficiente para cerrar la noche por todo lo alto.
A la vuelta, había más autobuses que la primera noche, y el servicio funcionó bastante mejor. Cala Mijas, en este segundo día, corrigió algunos de los problemas de organización del primero, y eso se notó bastante. Sin duda, fue la mejor jornada del festival.