Con Joyas De Princesas Muertas inician un cambio que no es tal. Los aditamentos de synth pop en las bases rítmicas no entran cual detrimento de su espíritu primero. Todo lo contrario. Con este nuevo sonido se refrescan los ya de por sí hermosos manierismos de este dúo. Retratos de esta tierra y de los recovecos que quedan u ocultan sus moradores en la psique pluscuamperfecta. Una forma original y apasionada de reinventar el dark pop dotándolo de una carga mayor y asentándolo en una butaca lejana a esas fotocopias extranjeras de última hora.
Y como aclaración afirmativa, La Broma Negra recupera canciones anteriormente editadas para trabajarlas desde el recién estrenado punto de vista. Así el oyente descubre que continúan siendo imborrables las sensaciones que nos dejaban pocos años atrás ‘Los Niños De Dickens‘, ‘Los Reyes No Morirán En Su Cama‘ o ‘Pablo Ruiz Picasso‘.
Elegante, con ese misterio que agradece este tipo de apuestas, La Broma Negra está en el momento idóneo para disfrutar de una segunda juventud con éxito incluido. Joyas De Princesas Muertas es la materialización de un trabajo ejecutado con años de tablas y los fardos rebosantes de historias por contar.
Sergio Guillén