Hay veces en las que encontrarse con más de lo mismo no es sinónimo de mala calidad, porque cuando algo funciona el empeño en buscar nuevos caminos de originalidad muy a menudo lleva novedades que no lo son tanto y, con un poco de mala suerte, incluso al ridículo. Pues esta es una de esas ocasiones en las que el músico sabe que lo hace muy bien y no se mueve apenas de su sonido. Scandalous es el segundo trabajo de la banda de Austin, sin contar con un primer EP que no llegó demasiado al gran público, y el factor sorpresa que aportaban hace un par de años es lo único que no encontramos ahora. Pero no se echa de menos, porque la fuerza que destilan es mayor si cabe que en su anterior Tell ‘Em What Your Name Is! Mucho soul del que facturaba Stax, funk, algo de blues y mucho, mucho rythm & blues.

Comienza con Livin`in the Jungle -en lo que parece un guiño a Guns N’ Roses- en un tono muy funk, furiosa y Lewis en un momento álgido de su carrera. I’m Gonna Leave You es casi un homenaje a figuras como Muddy Waters o Howlin’ Wolf, con un riff cortante que gira una y otra vez en torno a la voz. Más tarde, con Messing, tenemos otra ración de blues, esta vez de ese del Delta, más sucio y rural. Booty City es una auténtica fiesta, con un estribillo muy pegadizo como pieza articular de toda la canción y una base rítmica enérgica a más no poder. Mustang Ranch nos lleva a los 50 de Bill Haley y Wanda Jackson de la mano de una sección de vientos trepidante y una bien medida distorsión. Since I Meet You Baby es una versión de Ivory Joe Hunter, conocido pianista de rhythm & blues de los años 50 y 60. Aquí, mucho más parecida a la interpretación que de ésta hizo Solomon Burke que a la original.

En Scandalous vemos de nuevo como hay un sector de la música americana que, muy conscientes de los tiempos que viven, llevan a sus letras un poco de rabia frente a cuestiones de actualidad y al menos una pizca de la crudeza y el desengaño que atrapa a las clases bajas en la situación económica actual. La rockera You’ve Been Lyin’, con esos enormes coros, o Jesus Took My Hand en un inicio casi góspel, son buena prueba de ello.

Estos tipos han sabido recoger de forma magistral el sonido de Sam Cooke, Otis Redding y James Brown y ponerle el punto exacto de rock & roll y funk. Mezclar todas esas influencias de una forma tan eficaz y al mismo tiempo con personalidad no es tarea de dos tardes y ese trabajo se nota. Aunque el soul vive desde hace unos añitos una buena época, con nuevos artistas como Eli ‘Paperboy’ Reed, Mayer Hawthorne o Ben L’Oncle Soul son sin dudarlo Black Joe Lewis y los monumentales The Honeybears los más avezados e inspirados de todos.

Texto: Juan Manuel Vilches