Noche de guateque
El concierto que Albert Hammond brindó al público madrileño fue un repaso de su dilatada carrera o, lo que es lo mismo, un recorrido por la historia de la música a la que tantos temas ha aportado como intérprete y compositor durante los últimos cincuenta años, y por lo que ha sido distinguido por la Academia de las Artes y la Ciencias de la Música española con el Premio Latino de Honor.
El gibraltareño, padre de Albert Hammond Jr (integrante de The Strokes), subió con sus 67 años a un escenario que dejó de pisar hace tres décadas. Aunque este parón no se notó ni en su vitalidad y mucho menos en el cariño con el que le recibió un público de mediana edad que llenó el teatro, sí fue palpable en unos arreglos y un sonido que ahora resultan bastante obsoletos. También en una trasnochada puesta en escena, con una pequeña pantalla como elemento clave de la misma, en la que se proyectaban fotos de un Hammond mucho más joven, de los artistas que interpretaron sus temas (Rosario Flores, Luz Casal, Tina Turner, Julio Iglesias o Karina) y dibujos de corazones.
En una noche dedicada a la nostalgia adecuada sólo para su público, Hammond estuvo arropado por dos coristas, un batería, teclado y dos guitarras que, sumadas a la suya, llevaron a sus seguidores a un reencuentro con su pasado de la mano de los temas de Legend, una biografía musical del autor.
Las “Flechas del amor” que popularizó Karina, pusieron en pie a una cuantas asistentes femeninas, que alabaron la decisión de incluir en el repertorio un tema para Julio Iglesias que no incorporó a este último trabajo: “To all the girls I loved before” .
El gibraltareño aprovechó el micro para repasar anécdotas de cada canción y para homenajear a las dos mujeres más importantes de su vida: su madre nonagenaria y su mujer, ambas presentes en el teatro. A la primera le dedicó una petición de aplauso antes de cantar el bolero “Nosotros“, y a la segunda el tema “Eres toda una mujer“.
A mitad de velada, el vocalista de Hombres G, David Summers se unió a este viaje en el tiempo para cantar con su amigo Albert la muy aplaudida “Si me amaras“.
A lo largo de su repertorio, compaginó estilos e idioma, empezando con temas en español como los archipopulares”Ansiedad” o “Espinita“, para luego pasar al inglés en las potentes “The free electric band” “I’m a train“, “Nothing is gonna stop us now” o “The air that I breath“.
Albert Hammond se siente un privilegiado por vivir de lo que le gusta, y que le ha procurado una venta de más de 360 millones de discos en todo el mundo, con 30 éxitos en los primeros lugares de las listas de ventas.
Sin duda se le vio disfrutar de esta cita que le ha puesto en marcha de nuevo. Y no se cansó de reivindicar la diversión y que se trasladó a las butacas con un teatro casi en su totalidad bailando y cantando los temas que los acompañaron en los guateques.
No hubo bis. Tal vez por eso y por los buenos recuerdos que trajeron sus canciones a su público, muchos salieron tarareando “Never rains in southern California” y “Échame a mí la culpa“, los últimos éxitos que pusieron fin a un concierto que cubrió la dosis de nostalgia de toda una generación.
E.P.I.