Crecido en Woodland (Maine) pero residente de Nashville desde 1996, este portento es conocido en dichos fastos como el auténtico “super picker“. Tanto instrumentista como compositor, a Hiland pronto le llegaron los halagos de Ricky Skaggs o Hank Williams III, figuras que no dudaron ni un segundo en contratar sus servicios como mercenario de sesión. Ahora, y tras Johnny Hiland y Loud And Proud, este All Fired Up captura la frescura de un guitarrista que se puede tratar de igual a igual con las cuerdas del bajo de una leyenda de la talla de Stu Hamm —que, de hecho, cubre dicho puesto en este disco compacto—.
El estilo de Hiland es limpio a la par que brioso, en un punto intermedio entre Chet Atkins y Brian Setzer. Un más que acertado fichaje de la casa Shrapnel, que nunca da puntada sin hilo.