Hace ya mucho tiempo que Fernando Alfaro grabó su nombre en la historia de la música de este país, ya fuera al frente de Surfin’ Bichos o de Chucho. La vida es extraña y rara (Marxophone) es su nuevo trabajo, donde abandona etiquetas y bandas en su debut en solitario, aunque asegure con convicción que todos los anteriores proyectos también los vivió de la misma manera intimista y personal. Es un trabajo crudo por lo descarnado, muy acústico, que habla a gritos de todas sus vivencias de los últimos cuatro años: “La salud mental es muy importante, con el anterior no pude ni girar, ni hacer una promo. No tener continuidad es la circunstancia que cambia. Cuando compongo estas canciones las hago con una acústica en un tren, yendo a donde me llevara el viento, parando en una cuneta, o en un hotel, tienen una especie de desarraigo e incluso de libertad”, dice mientras nos sigue contando cómo se gestó este trabajo que le ha vuelto a poner en el disparadero con meritorio resultado: “Hace ya casi dos años, llegué a un punto de no retorno y al irme a vivir a Barcelona, dejé todo atrás, cambié hasta las relaciones personales, me enamoré y coincidió al acabar el disco y también queda reflejado, empiezo en un momento muy oscuro, pero siempre hay un punto de esperanza y ganas de vivir, si no, no hubiera terminado las canciones, Camisa hawaiana de fuerza o Gol psicológico reflejan esta última época. Lo curioso, es que cada vez es más un salto sin red, cuando hice estas canciones me sentía así, todas las seguridades que siempre buscamos las había tirado por la borda”.


JUNTO A RAÃœL REFREE

Para ello, ha sido pieza fundamental Raül Fernández (Refree) que se ha pueso en los controles y con quien empezó a trabajar de uno modo cuando menos extraño por las circunstancias: “No pude enseñarle las canciones porque yo estaba escayolado de la mano y no estaban grabadas… sólo podía hablarle de ellas, pasar de un sonido retro a otro más aberrante, que las canciones me pidieran ese tono acústico y luego crecieran hacia un sonido de band, fue un toma y daca. Sabía que iba a haber sintonía con Raül y al final no me equivoqué”, comenta mientras hablamos de las diferencias en el sonido, de un Hijo de perra, punk con acústica con homenaje al clásico Tequila, a El último crooner santo… muy en rollo Ronettes y Phil Spector o los guiños latinoamericanos… Y además, una voz que sorprendentemente pasa a un primer plano: “que yo pida más plano es una pérdida de ciertos miedos, En el pasado mucho de lo quería decir, se quedó enterrado por eso. Todos somos hijos de nuestro tiempo, aunque sea inconsciente, lo que escuchas, y también te pide eso”.