Russian Red es más que el punch del boxeador crítico. La “máscara” de Lourdes Hernández se encuentra pasando un episodio bastante conciliador con la honestidad, tanto en su música como en su presente. Tras haber editado “Fuerteventura”como segundo LP, Russian Red es ahora el móvil que va de país en país entreteniendo a quienes buscan coherencia.
No sé si felicitarte por “Fuerteventura” o por la gira que ha venido después.
Ten en cuenta que grabar el disco es un proceso precioso, pero al final es una cosa que concluye en cosa de dos o tres meses como mucho. La gira es algo que se prolonga mucho más en el tiempo y que además da muchas más vivencias porque no paras de viajar por un montón de sitios, conocer gente… entonces realmente te encuentras con un estilo de vida totalmente distinto a lo que es otro trabajo y en concreto a lo que es ser un músico. Disfruto mucho de los dos, pero puedo decir que el segundo se acerca más a mi realidad.
¿Serías capaz de hacer giras y giras sin tener que grabar un disco?
Pues sí, la verdad. Aunque eso es lo que hacen la mayor parte de los músicos que van creciendo de a poquito. Hombre, lo que ha sucedido en Asia ha estado muy bien, pero en el resto de territorios vamos haciendo pequeñas incursiones para ir confirmando lugares y demás. Pero en verdad se viaja a pequeña escala. En España sí que se puede hablar de una segunda gira, como la que vamos a hacer ahora de repesca pasando por ciudades en las que hemos estado y en las que no. Además pudiendo vivir de esto, que es una maravilla. Fuera de España ya es de otra manera.
Bueno, no sé si tienes mi misma percepción, pero grupos que en España son de “primera división” fuera se quedan en “segunda división”.
Pero son grupos que en Latinoamérica son bastante grandes. Aquí lo fundamental es el idioma…
Pero te hablo de países de idioma anglosajón…
Entonces sí. Es complicado entrar en ese tipo de mercado porque ellos ya tienen su propia música y sus propios grupos, como nosotros tenemos los nuestros. Habiendo eso es difícil entrar ahí. Mi aspiración nunca ha sido la de ser de esa especie de mitos, sino que mi inspiración ha sido la de poder viajar y tener un público aquí y allá pero sin que sea excesivo.
Por ejemplo, esta gira de Octubre que hicimos entre Europa y Asia se veía muy bien ese contraste. De repente tocabas en Rótterdam una noche con sesenta o setenta personas viéndote en un garito pequeñísimo que estaba enfrente del hotel donde nos quedábamos. No veíamos más calle que esa y el concierto era como un secreto entre nosotros. La manera de experimentar eso es algo que no quiero perder nunca. ¡Ojalá pueda seguir tocando en sitios pequeños donde eso sea el concierto de una noche! Después iba a Japón y tocaba en un sitio más grande generando otro tipo de ánimo. Me gusta tener esas dos cosas y creo que es posible.
De hecho has dicho que no haces cultura, sino entretenimiento.
La cultura pop es algo que está al márgen de la cultura en general. Yo no puedo colocarme a mí misma en ese nivel de cultura. Yo hago canciones desde la importancia de hacer algo con sentimiento. Y ya está. No hago canciones con un background o una pretensión de peso. Por eso creo que la cultura es otra cosa y creo que también hay que ser muy brillante y ser un intelectual en toda regla para poder hablar de esas cosas.
¿En ese sentido no te consideras una intelectual?
En música no. Ni soy intelectual ni tengo pretensiones de serlo. Un intelectual de la música es un tipo que tiene carrera de piano, que sabe escribir música y que tiene un conocimiento amplísimo e histórico. Alguien que domina la música en todas las esferas y en todos sus ambientes. La música que yo consumo y la que hago es puro entretenimiento… aunque me hace sentir feliz. Es que no tiene nada que ver. Un tipo de música u otra te puede elevar, pero ya depende de ti lo mucho que te pueda elevar esa música.
Tal vez la vertiente de pop femenino en España está un poco denostada y hasta manida, diría… No se le tiene el mismo respeto que se le tiene en sus respectivos países a Laura Marling o si prefieres un ejemplo mayor, Joni Mitchell.
No sé, en Reino Unido hay una escena de música de grupos de todo tipo que generan esa escena y ese relevo (dependiendo de la generación). En España hay música, pero es todo como mucho más ecléctico. No hay una escena real; está la música supercomercial o la música más indie. Dentro de la música supercomercial hay muchos tipos de música, pero sí es verdad que dentro de la música indie hay una conexión entre las bandas, aunque no tiene la misma repercusión que en Reino Unido. No creo que se nos respete menos, creo que simplemente aquí la manera de vivir la música es distinta. Eso repercute en la atención que se le pone a cosas como las que podemos hacer La Bien Querida o Alondra Bentley con respecto a lo que hace Laura Marling o grupos de esa escena.
¿Sería entonces mejor el conflicto que la indiferencia?
Sí. Yo soy de las que opinan que resulta más interesante el personaje controvertido que el personaje que me deja indiferente. Me atrae más una persona que genera contenidos porque deja ver que tiene un mundo interno. Además de que así genera también un choque de opiniones.
¿Independientemente de la música?
Te hablo de cualquier tipo, alejado de la música, sea cine, fútbol, literatura o música.
En “Fuerteventura” se puede percibir un aire algo distinto a las demás canciones de este disco o de “I love your glasses”. Te hablo de canciones como ‘January 14th’, ‘Everyday, everynight’ o ‘Mi canción 7’…
¿Dices que si pueden dar la pista para un tercer disco?
Sí. Estas, en concreto, son mucho más movidas.
Bueno, mi música no camina hacia algo más movido. Siempre se va a mantener en unos tempos determinados. Creo que mi canción representa más a ese tipo de música más oscura y que suelo hacer porque también las había en el primer disco, como ‘Hold it inside’ o ‘Walls are tired’. ‘Everyday, everynight’ representa todo lo contrario; canción a medio tiempo, más abierta, muy amable al oído… Pero esos parámetros van a ser los que marquen mi estilo.
¿Y para el tercer disco no hay nada?
De momento sí. Tengo cosas. Estoy trabajando más con el piano y con la guitarra eléctrica. Son dos elementos que no tenía en mis discos anteriores porque siempre lo hacía con las acústicas o estrictamente con la voz. Ahora tengo otros instrumentos y el mismo sonido que desprenden te llevan por melodías distintas.
Si no me equivoco… era Charlie Bautista quien se ocupaba del piano, al menos en “Fuerteventura”.
Sí. Fue fundamental.
Mientras que en “I love your glasses” había cosas que no te gustaron nada.
Básicamente era una cosa que veía como estaba ejecutado aquello. Me cuesta escucharlo, simplemente. Supongo que tampoco correspondía a lo musical, sino que también a lo temporal, como el momento que yo atravesaba o algo. Al final con esas cosas no nos paramos a pensar el calado que tiene todo lo que está sucediendo y todo lo que estás viviendo mientras grabas esas canciones. Luego las escuchas y ya no sientes lo mismo. Sin embargo, con “Fuerteventura”, sí estaba en un momento increíble y muy dispuesta a todo, pues estaba rodeada de gente generosísima con un gusto musical increíble. Todo eso se refleja en el disco, por eso cuando lo escucho lo siento.
Por lo tanto… ¿”I love your glasses” sería como el álbum de fotos del instituto del que uno se avergüenza por las pintas que llevaba?
(Risas) Bueno, es una manera de verlo.
Noto también cierto paralelismo con Nick Drake. Además de que tienes una canción titulada así. Sus letras oscuras lo llevaron a un destino… pero claro, no puedo llamarte la “Nick Drake española”.
Hombre, su música es mucho más elaborada y mucho más oscura, en el buen sentido. Por otro lado, él tenía un lado muy dark que al final se vio por dónde lo llevó. Pero para nada me siento así. Son los elementos de los que te hablaba al principio; hay mucha melancolía y mucha nostalgia pero siempre con una puerta a la esperanza.
Y nada mejor que hacerse fuerte frente a las contrariedades.
Sí, la verdad es que sí. Ha sido algo que siempre he tenido claro desde pequeña y además he crecido buscando la compensación, para bien o para mal. Si sucedía algo bueno esperaba a que sucediera algo malo para que estuviera todo en equilibrio y me pudiera quedar tranquila.
El Karma, ¿eh?
Supongo, sí (carcajada).
Teniendo claro que basas tu forma de trabajar en la coherencia además de en la honestidad.
Pues sí. Son dos grandes valores de la música. La honestidad tiene que ser de verdad, tienes que intentar tener la fuerte necesidad de hacer una canción auténtica, porque, para empezar, la estás haciendo para ti o a las personas a las que vaya dirigida. Y luego está la coherencia, porque si no te lo crees tú no se lo va a creer nadie.
¿Y no te encuentras en conflictos interiores por exigirte cierta coherencia y eliminar canciones que no te creas?
Bueno, al final siempre se puede encontrar el hilo conductor. Al principio en “Fuerteventura” veía que las canciones eran muy diferentes de otras y que aunar todo eso -sónicamente hablando- en un disco iba a ser complicado. Pero al final sí que se puede si empiezas a investigar. En mi caso siempre estaba obsesionada con que fueran las voces habiendo trabajado en las maquetas con todos los coros y las armonías. Ahí fue cuando pensé en que aquello debía ser el hilo conductor del disco.
¿Cómo en una película?
Todo necesita un hilo conductor.
Texto: Charly Hernández
Entrevista con Russian Red: “Yo hago canciones desde la importancia de hacer algo con sentimiento”.1 thought on “”