Bajo el nombre de Los Pedales, los hermanos Gustavo y Rodolfo Muñoz firman un segundo trabajo mucho más maduro que su predecesor, “Nuevo Mundo” (Claras Intenciones, 2010). Por entonces no tenían mayores ambiciones que grabar un disco y tocar de vez en cuando, así ha sido, pero gracias a su directo y a su buen hacer han conseguido alcanzar la madurez en “Crónica del viaje de vuelta” (Claras Intenciones, 2012). Una madurez consagrada que revitaliza las melodías y textos de los abulenses ahora que ven como el camino de este mundo es tan impredecible como sorprendente. El tren ya espera comenzar su viaje mientras los últimos viajeros se despiden de sus seres queridos que ya agitan los pañuelos en el andén. Dos voces bien compenetradas y un personal estilo florecen dentro de un disco que prácticamente ha sido grabado por ellos dos, desde las guitarras hasta las baterías, pasando por el bajo y teclados. Paco Loco pone la guinda en la producción para firmar así uno de los mejores discos del año.
Se puede empezar la pregunta con algo obvio, pero no estará mal preguntaros por algo que no se suele preguntar. ¿Son ahora Los Pedales un grupo que realmente se preocupa por hacer música de calidad y no como aficionados?
Gustavo: De eso nos hemos preocupado siempre, lo que pasa es que nunca eres consciente si haces algo que realmente merece la pena, ya que una cosa es escuchar música de calidad y otra historia es crear un proyecto con personalidad y con algo realmente nuevo que contar, aunque evidentemente, la pólvora se descubrió hace años.
Pienso que en mayor o menor medida, nos pasa a todos los grupos, todos nos creemos que nuestras influencias son muy interesantes y eso beneficia a la calidad de la banda a la que pertenecemos, y el que diga lo contrario, creo que miente.
En cuanto a Los Pedales, que es de lo que podemos hablar con propiedad, pensamos que si que somos un grupo que dentro de nuestro propio nivel y capacidad, ha evolucionado bastante a la hora de componer y de registrar las canciones en el estudio, ya sea en la interpretación o a la hora de grabar los diversos instrumentos. En “Crónica del Viaje de Vuelta” si que nos sentimos especialmente identificados con este trabajo, y eso no nos pasó en el primer disco. Sólo con eso, creo que ya podemos estar contentos…
Hago esta pregunta por la diferencia abisal que hay entre “Nuevo mundo” y “Crónica del viaje de vuelta”, sobretodo en la producción, pero luego hablaremos de eso. Tras la respuesta que ha tenido el público en la pasada gira, ¿creéis que se os ha ido el asunto de las manos?
Rodolfo: No creo que haya ningún signo para pensar en que se haya ido de las manos. Nosotros seguimos con el día a día, tanto de nuestras vidas personales como musicales, y de momento, nada ha cambiado sustancialmente. Intentamos mejorar cada día un poquito más y disfrutar de la música. Si además de todo esto, conseguimos dignificar un poco el género, pues genial, que falta le hace. Nosotros, intentarlo lo intentamos.
La verdad es que, sinceramente, nadie se esperaba que los directos fueran a tener esa respuesta. ¡Un dúo abulense totalmente desconocido llenaba completamente salas como El Sol!
G: Bueno, deberíamos puntualizar y analizar todos los casos de la gira. En cuanto a Madrid, tendríamos que decir que podemos estar muy orgullosos de haber tenido una buena afluencia de público en todos nuestros conciertos desde que hicimos la primera visita, ya que es la ciudad donde tenemos el público mas fiel y nunca nos falla.
Teniendo en cuenta cómo está el patio de la música en directo a nivel de salas para grupos independientes, podemos estar contentos con nuestras visitas a la capital, ya que aunque sea una ciudad muy grande, también es la que mas oferta cultural tiene y cuando llegas al centro, te das cuenta de lo pequeño que eres dentro de ese mastodonte. También es importante reseñar que hemos tenido la fortuna de hacer una gira a nivel nacional por casi todas las ciudades, en la que evidentemente, nos ha tocado verlas de todos los colores en cuanto a público se refiere.
Por cierto, ¿los ensayos tuvieron que variar ante tal éxito y demanda?
R: La variación de los ensayos siempre va progresando. Va cogido de la mano con la experiencia, sobre todo. La verdad que es gratificante ver como cada vez a la hora de preparar canciones, ya sean para acústico o con la banda, sale todo con mayor fluidez. Esto, además, hace que se disfrute doblemente.
¿En qué variaron? ¿Instrumentación, estructura del conjunto, repertorio…?
G: Nuestro objetivo a la hora de defender nuestro repertorio en distintos formatos, es que la canción funcione y se adapte a las circunstancias, ya que aparte de tocarla en acústico o eléctrico, estamos constantemente haciendo distintas versiones de nuestras propias canciones y buscando su propio espacio en cada momento. Si después de todos estos intentos ya mencionados no dan resultado, la respuesta es sencilla, es que la canción no funciona.
Aunque no hay dinero y claro, muchos de los conciertos tenían que hacerse a dúo, o sea, vosotros dos, sin ofrecer el espectáculo con banda completa. Es evidente que en banda suena mejor, pero… ¿os sentíais más compenetrados entre los dos sin más personas trabajando en el escenario?
R: Es diferente, con la banda te sientes arropado y todo es más eléctrico, cosa que te eleva a un plano más adrenalínico. De todo modos, si que es verdad que en acústico puede haber más compenetración. A parte, el estar los dos solos en el escenario, te exige un toque más de responsabilidad y concentración ya que está todo más “desnudo” y tienes que ir al máximo. Cada uno en los suyo, tiene su gracia.
En cierto modo habría que hacer tres divisiones en lo que a vuestro sonido (en general) respecta: El sonido de estudio recogido en el primer disco, el de los directos como dúo y como banda completa. ¿Os preocupaba que no se reflejara fielmente lo que queríais expresar sonoramente?
G: En absoluto, porque pensamos que ese criterio mata el espíritu de la música en directo. Para llevarte el disco al directo, mejor quedarse en casa. No hay nada mejor que interpretar las canciones según la situación y las circunstancias de cada momento, eso es lo que da vidilla al asunto. Y si eso supone cargarse algún arreglo, no pasa nada, las canciones siempre van a estar ahí…
Y eso que ya había canciones de “Crónica del viaje de vuelta” presentes en los set-list pasados, como ‘El temporal’ o ‘Dejarme llevar’. Bajo mi punto de vista creo que eso provocó que surgieran mayores ganas por saborear nuevo material al escuchar los primeros temas con otro maquillaje y más tratado. Me imagino que esa inquietud se trasladó al estudio, habiendo grabado en El Puerto de Santa María con Paco Loco, ¿no?
G: Sí, aunque fue muy fácil, ya que Paco es la primera persona con esa inquietud vocacional a la hora de afrontar una grabación, por eso decidimos grabar con él. Aun así, superó nuestras expectativas y no dejaba de sorprendernos. Como músico, técnico y productor, tiene un talento que asusta y una gran capacidad para salirse de lo predecible. Si lo lógico es grabar una pista con una guitarra con cuerdas de nylon, el lo hará con una eléctrica, y así todo. En cuanto ve que algo suena predecible o familiar, ya sea una melodía de voz o un arreglo, rápido busca alternativas para salirse de ese terreno, aprendimos muchísimo y nos sirvió de gran ayuda para dar personalidad al sonido del disco.
Y eso es un paso. La evolución es clara. Se nota el cambio de tonalidad en las voces e incluso en la complejidad y experimentación. Indudablemente Los Pedales no querían sonar como aficionados.
R: Desde el principio, es verdad que el no sonar como aficionados, es algo que hemos tenido en cuenta e ido labrando poco a poco. Con el trabajo y experiencia, se ha ido consiguiendo un sonido más profesional. Para ello también hemos intentado rodearnos de los mejores profesionales, como Paco Loco en el caso de este disco, por ejemplo. Algo fundamental para progresar, sobre todo, en lo que a sonido se refiere. Aquí creo que no entrarían las composiciones, ya que estas, en un momento dado, no necesitan de una larga experiencia para ser buenas. Y si no que se lo digan a muchos artistas cuya canción más laureada la compusieron en alguno de sus primeros discos. Ejemplos miles.
Por cierto, en este nuevo disco las voces están más delimitadas. En todo el grueso del álbum hay un detalle que no se percibía antes, pues ahora cada canción está cantada por uno de los hermanos, siendo alternadas las interpretaciones. Sin contar los coros, claro. ¿Por qué este modo de alternar las voces?
G: No es ningún misterio, esto ha sido así desde que empezamos a grabar las primeras demos y a ensayar juntos hace mas de diez años. Los dos componemos y queríamos cantar. Además, nos ayuda mucho para conseguir la versatilidad que queremos dar al proyecto, tanto a nivel compositivo o vocal.
¿No os incomoda que eso distancie las cualidades de cada uno provocando que el “escuchante” prefiera unas más que otras?
R: Si algo tienen de característico Los Pedales, es precisamente este punto. Es lo que hay. Si no, seríamos Los Monociclos.
Pero las composiciones son al cincuenta por ciento, ¿verdad? Aunque siempre hay un poco más de cada uno en las canciones. Espero que esto no desemboque en otro culebrón estilo “hermanos Gallagher”.
G: Y dale con los Gallagher, que tendrá que ver… (Risas).
¿Los cortes cantados por uno de vosotros tienen que estar forzosamente compuesto por el mismo?
R: No forzosamente, pero es verdad que hasta ahora esta hecho así. Siempre nos ha parecido que quién mejor que interpretar un tema que el autor. A priori sería el que mejor puede expresar los sentimientos de su propia visión o idea. Aunque, está claro que de otra forma tampoco sería un error, pero bueno, a nosotros así nos ha parecido siempre bien.
Y es que literalmente habéis tocado prácticamente todo en este LP: batería, bajo, guitarras (obvio), ukelele, teclados… han sido tocadas por vosotros. ¿Qué ha sucedido con la banda? Lógicamente en directo no podéis hacer de hombre-orquesta.
G: Con la banda no ha sucedido nada, seguimos con la misma, otra historia es que la historia esté como esté y no salgan actuaciones en formato eléctrico. Nos gustaría contar con ellos cada vez que salimos a dar un concierto, porque evidentemente, es mas fácil defender el repertorio, nos lo pasamos mejor, y para colmo, nos vemos y pasamos un buen rato. Aparte de ser nuestra banda, son muy buenos amigos y es un lujo disfrutar de la música a un nivel mas “completo” en conjunto y divertirnos como lo hacemos cada vez que nos reunimos.
Por otra parte, siempre hemos tenido muy claro que Los Pedales, para lo bueno y para lo malo somos los dos, ya que ha sido así desde el primer día y no nos hemos planteado nunca compartir nuestros problemas y pequeñas alegrías, ya que este proyecto requiere una dedicación diaria de la que estoy seguro que nadie salvo nosotros dos, le gustaría hacerse cargo.
A la hora de grabar, se juntan varias circunstancias. Lo que juega mas en nuestra contra, es la distancia, nos separa un trayecto de hora y media, que puede ser poco, pero sumado a los propios compromisos personales de cada uno, cada vez que tenemos que ensayar hay veces que tenemos que hacer encaje de bolillos.
Pero lo que ha sido mas importante para que decidiéramos meternos los dos solos en el estudio, fue nuestra propia inquietud artística, ya que siempre hemos tenido cierta facilidad para defendernos con varios instrumentos y con el nivel que tenemos con cada uno de ellos -sin virtuosismo alguno, por supuesto-, podemos grabar nuestro estilo de música dignamente y de paso nos lo pasamos bien en el estudio, porque si tocas sólo un instrumento y tienes que estar el resto de la grabación mirando, puede ser un aburrimiento.
Revisando los créditos del libreto uno repara en las excepciones donde no sois los plenos protagonistas. En realidad se dan en las que hay cuerdas, vientos o metales y cuando el propio Paco Loco mete algo más. ¿Resultó una ardua tarea realizar el trabajo por vosotros mismos totalmente?
R: No, todo lo contrario. Resultó mucho más ameno y divertido. Cuando afrontábamos una canción, comenzábamos escuchándola y luego, después de que Paco propusiera el rumbo que iba a coger, empezábamos a grabar las bases en directo. Una vez que las teníamos grabadas, íbamos metiendo el resto de cosas, guitarras, teclados, etc. La verdad es que no daba tiempo a aburrirse porque, a parte, tardábamos media jornada en hacer un tema entero, exceptuando las voces. Fue todo entretenido y fluido.
¿Cómo se presentaron las maquetas? ¿Han cambiado mucho las canciones desde su esqueleto hasta el resultado final?
G: Pues depende. En cuanto a estructura y arreglos, las canciones que llevábamos mas trabajadas y maquetadas no cambiaron casi nada, hubo otras que se retocaron un poco y otras que directamente, dimos forma en el estudio dejándonos llevar y confiando en Paco. La mezcla de todo esto, creemos que dio un buen resultado, ya que había cosas que teníamos muy claras y otras que queríamos que pasaran por el filtro del productor, que para eso están, para orientarte y guiarte por el camino adecuado.
¿Paco Loco aplicaba técnicas o ponía ejemplos para hacer guiños a ciertas canciones? Esto lo digo por el parecido que hay entre ‘Efectos del pánico’ con ‘Lyla’ de Oasis.
R: Todo lo contrario, evitaba los guiños más inverosímiles. En el caso de “Efectos del Pánico”, el riff es algo que llevábamos así desde casa y allí en el estudio ni siquiera surgió la idea de cambiarlo, nos gustaba así y así lo dejamos.
Y bueno, las influencias siempre están ahí, aunque cada vez se notan menos, cosa que es de agradecer. The Beatles se hacen notar también, ‘Dejarme llevar’ es un pedazo de tema (mi favorito) que tiene una guitarra “rollo George Harrison” tremenda.
G: Claro. Para mí, The Beatles han sido y será mi grupo favorito de siempre, algo muy raro tiene que pasar para que un día cambie de opinión, además, fueron unos innovadores natos en el estudio de grabación y descubrieron trucos y nuevos sonidos que escuchamos en muchas grabaciones actuales -y de décadas pasadas-. Entre esos trucos, está enchufar la guitarra a un amplificador de órgano Leslie. Todas las influencias están ahí, y eso es innegable, aunque uno de nuestros mayores objetivos, es dar forma a nuestro propio sonido.
¿Qué diantres significa ‘SQM’?
R: “Sensibilidad Química Múltiple”, es una enfermedad del siglo XXI que desafortunadamente tiene una amiga y cada vez más gente. Aparece cuando el cuerpo humano sobrepasa unos límites de absorción de la química que nos rodea habitualmente, y termina por no asimilarla. Cuando ocurre esto, deriva en síntomas de lo más dispares que, generalmente, ocasionan fallos multiorgánicos y obliga a la persona afectada a aislarse de todo lo que pueda contener el más mínimo contenido químico. Es decir, pasa a vivir en una especie de “burbuja”. A todo el mundo le convendría informarse un poco del tema, para su conocimiento personal ya que todos estamos inmersos en lo mismo y tenemos los mismos riesgos.
Antes de nada hay que decir que esto es un disco conceptual, donde se puede notar que es una suerte de guión de una película sobre raíles. ¿Por qué los viajes están siempre alrededor de vuestra música? “Nuevo Mundo” no era conceptual, pero algo de ese espíritu si que tenía.
G: Pienso que “Nuevo Mundo”, mas que un álbum conceptual, es una colección de canciones, en la que los textos y las canciones no tienen el nexo común que tiene “Cónica del Viaje de Vuelta”, aunque quizá el primer disco si que es posible que tenga ese punto de partida que hemos terminado consumando con este nuevo álbum. No sé, si los viajes nos influyen tanto, creo que tampoco sería bueno destacar un tema en especial, ya que en nuestros dos primeros discos hemos estado investigando distintos campos y temáticas en cuanto a letras, eso sí, influenciados por los viajes, pero también por otras historias que observamos y nos llaman especialmente la atención.
Pero me atrevería a decir que “Crónica del viaje de vuelta” es la descripción de lo que han sido estos años pasados desde que editarais el primer plástico. De ahí, supongo, que ninguna de las canciones suena igual a la anterior. Del rock al doo-wop, pasando por ritmos bailables (como ‘Tan sólo, tan solo’) hasta el folk, aun así me sorprende que ‘Fuera’ se encargara de ser la encargada de presentar el contenido general.
R: Pensamos en ella, más que como resumen, como single en toda regla, es decir, como la canción que pudiera ser más directa en la primera escucha.
El resultado es muy maduro, cosa que agradezco, y bastante complejo pese haber sido tocado por vosotros dos. Esta madurez irá creciendo, espero, pero me pregunto si existieron composiciones hayan quedado impregnadas de esa madurez aunque terminaran fuera de la colección definitiva.
R: Puede ser que hubiera más ideas, pero al estudio fuimos ya con la criba hecha. Bueno no, llevamos otra al estudio, pero decidimos no grabarla porque ya teníamos un disco bastante largo, en lo que a temas se refiere, y tampoco era cuestión de ponerse pesado. Pensamos que así como está, era la obra completa, con su principio, su contenido y su final.
Finalmente… ¿sentís vértigo por lo que pueda venir a partir de ahora?
G: Hombre, con la que está cayendo a nivel nacional si que es para sentir vértigo -y en muchos casos, vergüenza ajena-. En lo musical no nos da miedo nada, principalmente, porque no lo esperamos en absoluto. Ya hemos visto lo difícil que es y la ilusión -mas que nada, por ignorancia, eso sí, en el mejor sentido de la palabra- del principiante la hemos cambiado por la objetividad. Ahora si tiene que funcionar el proyecto, se verá, pero ahora mismo no creo que Los Pedales sea un grupo predestinado a ello. Lo que más nos importa es seguir aprendiendo, disfrutar de los buenos momentos, aprender de los malos, y seguir grabando discos, si es con la mayor dignidad posible como ha sido el caso de este último disco, con un gran productor, mejor que mejor.
Texto: Charly Hernández