Los últimos meses han sido bastante moviditos para la mítica sala Malandar. Hace poco más de un mes volvieron a programar actuaciones en directo después de un cierre provocado por un absurdo “supuesto y reiterado incumplimiento de las normativas de protección acústica“. Afortunadamente para todos, el regreso ha sido por todo lo alto y Diamond Dogs ha sido una de las sorpresas más agradables e inesperadas que hemos encontrado en la programación. Los suecos han parado en numerosas ocasiones por nuestro país desde sus inicios, pero ver a este tipo de grupos en el sur siempre es algo mucho más difícil, así que la ocasión era inmejorable. Los teloneros elegidos fueron Las Muñecas de la Calle Feria, formados por músicos conocidos de otras bandas como Los Sentíos, Sick Buzos, La Mula o The Milkyway Express y con un sonido glam muy en la línea de Babylon Chat. Su primer EP ha tenido muy buena acogida en la ciudad y muestra de ello fue la reacción de una parte del público que incluso se sabía sus canciones, a pesar de que no lleva más de tres meses en la calle.
Con motivo de su vigésimo aniversario, Sulo y compañía han elegido un repertorio para esta gira que está bastante bien compensado. Tiene algo de todos sus trabajos y, aunque se dejan en el tintero temazos como April Fool, Evil Inside o Down In The Alley Again y hubiera sido un detallazo alguna versión de aquel EP dedicado a Sam Cooke, lo cierto es que los elegidos difícilmente dejarán descontento a cualquier aficionado y los discos clásicos está bien representados.
Con relativa puntualidad para lo que es costumbre por estos lares aparecieron los suecos en el escenario ante una cerrada ovación. El comienzo lo puso el tema que da título a su nuevo álbum, un auténtico temazo con un estribillo que hizo que el público se metiera de lleno a pesar de que la mayoría aún no lo conocían, puesto que el álbum sale la próxima semana (y cuya reseña podréis leer aquí). Y de ahí nos fuimos a We May Not Have Tomorrow y I’ll Drink To You sin apenas descanso. Con la guitarra de Lars Karlsson quizá demasiado alta hubo momentos en que los demás instrumentos quedaron algo eclipsados, como en Charity Song en la que nos perdimos el buen trabajo de Magic Gunnarson y Henrik “Duke of Honk” Widén, aunque este pequeño fallo se fue solucionando a medida que transcurría la actuación.
Honked! sirvió para meter en cintura a esa pequeña parte del público que aún no estaba entregado, con ese estribillo tan pegadizo y tan dado a la interacción con la audiencia. Un pequeño momento de descanso con Yesterdays Nymph, en la que es un auténtico deleite escuchar al duque en todo su esplendor con las teclas. Vuelta al boogie con Autopilot y unos minutos más country con esa preciosidad que es Passing through My Heart, con Sulo a la guitarra acústica. Llegamos así a los temas más pausados de la noche: Spare Me the Last Joke y Rush for Comfort. Como final de la primera parte un poco más de los que son considerados los dos mejores discos de la banda, As Your Green Turns Brown y Too Much Is Always Better than Not Enough, con Every Little Crack y Goodbye, Miss Jill.
El joven batería Johannes Drain es quien da al resto de la banda unos minutos de descanso quedando sólo en el escenario para interpretar un tema a solas con la guitarra. Se entiende el necesario respiro, pero lo cierto es que Drain no aporta mucho con su actuación. Al regreso de los demás miembros nos deleitaron con otro de los mejores temas de su nuevo trabajo, Lay me Down On Solid Grown. Un par de clásicos más, Bound To Ravage y Lift It Up, y la emotiva y muy coreada Somebody Else’s Lord para acabar, curiosamente, con el tema que da comienzo a Set Fire To It All, On the Sunny Side Again. Los bises para los clásicos Desperate Poetry, Sad To Sad I’m Sorry y Bite Off con un final presentando a la banda acompañado de fragmentos de clásicos, como Lucille, de Little Richard, un tremendo solo de Magic Gunnarsson y un Sulo dejando que la audiencia grite su nombre. Un momento digno de cualquier estrella del rock que se precie, pero la verdad es que Sulo también se pasó más tarde un buen rato firmando discos, haciéndose fotos y paseándose por la sala con una enorme sonrisa. Y eso ya no es tan fácil de ver en una estrella del rock.
No son pocos los que han pretendido desde hace tiempo enterrar antes de tiempo a la banda, alegando tópicos demasiado manidos e incluso declarando sin pudor su desconocimiento de la mayor parte de su discografía. Sin embargo, más allá de comentarios sin fundamento, Diamond Dogs son una banda en forma y a cambio de perder cierta frescura de sus comienzos ganamos a unos músicos experimentados que siguen mostrando su pasión por el rock & roll en cada concierto.
Repasando la discografía de… Diamond Dogs
Texto: Juan Manuel Vilches Fotografías: Cristo Ramírez
Diamond Dogs — Sala Malandar, Sevilla — 29/2/20121 thought on “”