¡Oiga, pintas!
Pues no será un tipo “molón“, pero Remate dignifica el difícil arte de regar los geranios haciendo algo bonito sin repeticiones, pensando que todo va bien, aunque la vecina del tercero derecha se acabase de abrir la cabeza al caer desde su ventana. ¿Dramático? Posiblemente, pero también lúcido, como lo es “Una araña a punto de comerse una mosca“. Ustedes saben, melódicas, bonitos acordes y una vocecilla (escondida tras frondosa barba) entonando cosas que no entiende el butanero o la ya ínclita vecina del tercero derecha que todavía yace con los seso desparramados:
“Aplaude como el público de un drama de televisión. Ladra como el perro del vecino. Baila el reggaetón más escondido“.
Así, tirando de letras cotidianas [en el caso de ‘La animadora‘] desarrolla historias sin más sentido que el gozo y disfrute. O, como dice Antonio Luque (Sr. Chinarro): “Un ambiente psicodélico, de pop psicotrópico, más de farmacia que de camellos de uñas negras, más de folkie ilustrado que de rockero trasnochado, lleva mi recuerdo a un puñado de buenas canciones de Bongwater, Yo La Tengo, Beatles, Flaming Lips, Velvet Underground, OMD, qué sé yo“.
Siguiendo el hilo, “Shock” es, simplemente, lo más fresco dentro del contubernio de siete cortes que alimentan el álbum. Y no es fresco por aventurar una licencia fácil, sino por los arreglos de cuerda mas los coros de Marina Gallardo y esos ecos tan bien llevados para configurar una pegadiza tonadilla alejada del paupérrimo naïf reinante en el “negocio”. Siete partes, como antes se ha señalado, que podrían ser versículos sin orden ni sentido pero con fe bíblica sobre lo que hace sonar.
No hay más dios que Kafka, claro está, ni más profeta que la madre enamorada del escritor que evoca a The Ronettes entre piano y vientos recitando con el ritmo tintineante de Kike Pierrot: “su madre está enamorada. Sufrió una metamorfosis. No cree en la tuberculosis“. Una -aparente- bonita canción de amor, por cierto.
‘Odisea de fuego‘, rodante y distorsionada, compite con ‘Por si atracamos un banco‘ pese a que fue esta última la elegida como single lanzándose al castellano más íntegro ayudado por la iluminada producción de Carlos Toronado (PAL) y la verdadera canción protesta, esa que obvia la sangre y apuesta por el semen. Poéticamente hablando, por supuesto.
“Visitar museos. Atracar un banco. Nos vamos a Hawai a vivir“.
Bendito aquel que se coma una mosca y tenga ocho patas peludas, pues sus bienaventuradas plegarias serán escuchadas.
God bless “A spider about to eat a fly“. In Remate we trust!
Texto: Charly Hernández