En líneas generales vemos que es más punk, y que se aleja en la mezcla de la oscuridad de Close (10), aquel que presentara Fast And Slow, Shinning o Blackmail. Se torna más dulce el sonido de The Cabriolets pues, teniendo mucho más brillo también, con mucha fuerza en las guitarras, siempre muy arriba, bien tirando hacia el punkarreo-rockero de Cabalgando, Stars o Allegory, de Beaten Dogs, de ecos ochenteros o con Sadist, Tortoise y Sibboleth, que van hacia medios tiempos y Arquitecture, la ‘balada’ que cierra el disco.
“Ha sido muy natural“, comentan del sonido los cuatro miembros del combo (los mismos que firmaron Close), “nos cuesta definir el disco porque no ha sido más que mezclar las influencias que tenemos sin hablarlo. La premisa de la que hemos partido era tener libertad, llegar al local y que cada una aportara lo que tenía. Sinceramente, pensamos que es un disco simple, de cómo a partir de una frase que alguien aporta, añadir un ritmo, componiendo de manera relajada, con mucha calma. Se ha gestado hilando ideas de todos. Lo único que queríamos era que hacerlo todo en directo. Desde el primero quisimos hacerlo así, pero ha sido ahora cuando hemos podido“, dicen de un trabajo, que dando una previsible vuelta de tuerca, encaja a la perfección: “Hay más oscuridad en las letras de este disco, sí, es más siniestro, aunque no sabemos muy bien por qué. Los tempos más lentos le dan un carácter más melancólico, repaso de algo que ha pasado sin saber si es algo dramático. Es como si quisiéramos recuperar fotos, recuerdo… También creemos que los ritmos son más brillantes aunque haya sonidos más oscuros“.
Grabaron en un lugar idílico y aislados de todo, en el ‘Molino del Feo’, en Segovia -de ahí el título- en un ambiente muy familiar y cómodo: “Ha sido una experiencia increíble, de una convivencia maravillosa, compartiéndolo con la pareja, los críos, en definitiva, en familia”, sorprendentemente hace ya más de medio año, “También es bueno tomar distancia, y, sobre todo, que no hay prisa. Eso que te ocurre con el primer disco, que hay tanta urgencia de que salga rápido, y que luego te da igual“.
Que la formación se haya asentado es fundamental para que Cabriolets pueda despegar definitivamente: “Estamos en un punto muy relajado, un punto muy bueno para la música, es decir, lo hacemos sin esperar nada. Por ejemplo, sabíamos que hacerlo en directo era más imperfecto pero precisamente por el punto en el que nos encontramos lo hemos hecho así y lo hemos disfrutado. No había un planteamiento previo, ni siquiera de cómo iban a ser las canciones, era ir a un sitio aislado, grabar y no hacer más de 4 tomas por canción. Sin procesar previamente el tipo de canción“, y se nota, desde luego, en el mejor disco que ha facturado la formación madrileña.
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