Nina Simone no es una cantante demasiado conocida en España, siendo más populares otras voces que disfrutaron de singles potentes y muy radiados, como Aretha Franklin con Respect o Etta James con At last. Sin embargo, el recuerdo de la música de Simone, la versatilidad que le capacitaba para encarar los más variados estilos, junto a su arrolladora personalidad nos animaron a acercarnos a la actuación homenaje que le rendían durante los Veranos de la villa.
El que fue durante muchos años director musical de Nina Simone, Al Schackman, ejerce de maestro de ceremonias, presenta a los restantes miembros de la formación y a las cuatro damas que, según él, representan una parte distinta de Nina. Varias generaciones unidas por las mismas canciones, desde los 29 años de Wright hasta los más de 50 de Reeves.
La que rompe el hielo es la joven Lizz Wright, que abre el concierto con I loves you, Porgy del conocido musical de Gershwin. La siguiente es Simone, la hija de Nina, en todo momento activa con el público y muy divertida al comprobar su nivel de castellano. De su boca salió la canción más coreada, Feeling good.
Nina sigue siendo venerada por la población negra de EEUU por su constante lucha por los derechos civiles. Esta parte combativa nos la ofrece Angélique Kidjo con temas como See line woman, Ne me quitte pas y la celebrada My baby just cares for me, que fueron aderezados con ritmos africanos y abundantes percusiones.
La última en aparecer, Dianne Reeves, fue muy bien recibida por el público, y ella respondió con emotivas versiones de Do I Move you?, muy bien acompañada por una guitarra de Schackman con ecos a Wes Montgomery, o Be my husband, un tema que incluso ha publicado en uno de sus discos.
Para finalizar la velada, una idónea interpretación de Four women con las cuatro cantantes en el escenario nos deja con ganas de más. Como bien dijo su hija al finalizar la actuación, aunque su madre ya no esté con nosotros, siguen su música, su mensaje y su espíritu.
Texto:Pointer
Fotos: Almudena Eced