Porque es un disco que narra tanto lo bueno como lo malo que tiene una vida entre la carretera y el escenario: “Fue todo una explosión, una fiesta no esperada y un poco el ying y el yang, porque te obliga a no vivir otras cosas, te acuestas tarde, te despiertas tarde. Te gusta estar en ese proceso tan nocturno, siempre lo has deseado, pero te das cuenta del hándicap que tenía todo el asunto. La noche eterna que te parece tan divertida deja de serlo“, nos cuenta el quinteto mientras hablamos de su nuevo trabajo, dieciocho canciones que conforman como dicen un doble disco centrado en la noche y el anonimato dentro de una gran ciudad, pequeñas historias que transcurren entre el ocaso y la madrugada con seres anónimos y noctámbulos que mezclan realidad y ficción: “A raíz de las experiencias que vivimos en la noche, en los festis, con grupos y DJs, fuimos creando una tela medio impermeable, que dejara pasar poco a poco diferentes sonidos. No quisimos meter toda la artillería en el primer disco, que sólo fuera energético-lúdico, sino que hubiera post-festum pestum“, aseguran, de canciones como Cínicamente muertos, exactamente igual que lo que se puede encontrar en la noche.
LA NOCHE ETERNA
Actuaron durante tres largos años, tiempo más que suficiente para verles en momentos álgidos, así como otros completamente fundidos, pasando un mero trámite: “Estás expuesto ante tanta gente y puedes pasar un mal día personal y tener que disimularlo, es un poco como la tristeza del payaso“, arguyen con miradas cómplices.
“Cuesta separar todo lo que vivimos estos años, tú -todos- sabes mucho de mí, pero yo no sé nada de ti. Santi (Balmes, cantante) es el que lo ha sufrido sobre todo, y la primera reacción es ponerte el caparazón y encerrarte, justo lo contrario ya que te conviertes en un tío asocial. Son muchas sensaciones contrapuestas, un buen caldo de cultivo creativo, pero donde hay tristeza“, dicen de por qué les pudo tanto hablar de su vivencia personal. “Descubres que esto no lo es todo, lo único que salva la gira son las dos horas de bolo, el resto es como vivir en la sala de espera de un aeropuerto, es tu momento y tienes que salir a pasártelo bien, y transmitirlo“, nos comentan asegurando que esto es lo que vale la pena. También quieren que leamos este disco en clave de “metáfora de un estado mental de ofuscación o de depresión, de noche eterna“.
LOS DÍAS NO VIVIDOS
Musicalmente, aparte de hacer un trabajo doble, que es bastante denso, se alejan de sus grandes éxitos como El club de fans de John Boy, una canción que nos confiesan estuvo a punto de quedarse fuera de su anterior disco, y obligan al oyente a prestar toda su atención huyendo de estribillos facilones: “Tu peor enemigo es tu anterior disco“, explican: “Nuestro ideario es una pataleta de autor, queremos imponer nuestro tiempo, todo el mundo anda con prisa, y obligamos a pillar este disco con calma. Es una necesidad de no perder el control de la historia, de ser fiel a los discos que nos han gustado de siempre. Si la gente detecta honestidad, detecta autenticidad y esos parámetros son inviolables para nosotros“.
Esta historia de rock arquetípica ya está disponible, y en breve podremos verles en Madrid (23 de junio, Día de la Música en el Matadero). A día de hoy no parece que el cansancio de la anterior gira les haya hecho mella: “Siempre hay necesidad de ir un paso más, hay inconformismo. Hay satisfacción porque has hecho cosas que molan, pero otras que no resultaron como querías te empujan a seguir haciendo cosas que te faltan por hacer“.
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