Jessica, Ramblin’ Man, In Memory Of Elizabeth Reed, Revival. Poker de ases. Cuatro canciones redondas y maravillosas bastan para presentar a su compositor, Dickey Betts, histórico guitarrista de Allman Brothers que visita Europa con su banda Great Southern.
El repertorio se centra en temas de los primeros setenta, en un recital dividido en dos partes, cayeron en la primera joyas como ‘Statesboro Blues‘, cantada por un teclista con cierto parecido al “Brother” Gregg, o su más célebre instrumental, ‘Jessica‘, que escribió para su primera hija y contiene ese subidón de energía que es la vuelta al tema principal.
Dickey se muestra fallón, no parece muy concentrado en su guitarra salvo en momentos puntuales, donde disfruta con sus solos cerrando los ojos y gesticulando con la boca abierta. El resto del tiempo da la sensación de estar economizando esfuerzos.
Un público rondando los cincuenta años disfruta con las guitarras dobladas y triplicadas del combo, haciendo las palmas del mítico directo Live At Fillmore East en el inicio de ‘You Don’t Love Me‘ y escuchando el hammond en ‘Nothing You Can Do‘, tema presente en el disco de debut de Great Southern.
Tras casi una hora de show, un poco de descanso para que Dickey recupere fuerzas, y ciertamente parece más animado y coge más protagonismo en una segunda parte que tuvo en su recta final su clímax con ‘In Memory Of Elizabeth Reed‘, ‘One Way Out‘ y ‘Ramblin’ Man‘.
Aún hubo tiempo para que el señor Betts se cabrease y arrancase con furia un micrófono que no estaba bien ajustado, dando pistas de un carácter difícil, que junto con sus problemas con la bebida hizo que saliera de Allman Brothers por la puerta de atrás.
La banda es presentada y se luce en In Memory…, con sendos solos impresionantes para los bateristas (uno de color, para acentuar la sensación Allman). Uno de los guitarristas es Duane Betts, viva imagen de su padre a su edad si no fuera por la ausencia de su célebre mostacho
Más que probablemente el mejor guitarrista que jamás tocó en The Allman Brothers Band, le infravalora el hecho de no haberse convertido en un cadáver fresco al que adorar y que su conducta siempre haya sido muy problemática, y decir esto dentro de una pandilla de forajidos como la banda de los hermanos Allman es mucho decir.