… ¿y como lo quiere, muy hecho, poco hecho?. La música cocinada por Josele Santiago tiene la virtud de mostrar los dos estados al mismo tiempo. Desde los tiempos enemigos lleva acercándonos la realidad en crudo y sin miramientos, pero acabaron “hasta los cojones” y el maestro buscó otro aderezo para acompañar a su discurso, una nueva visión jazzera con la que cumple su tercer disco Loco encontrao y con la que ha conseguido un nuevo público hermanado con la sofisticación de esta etapa, y es que “Malasaña se está apijotando”.
Tras unos teloneros que sonaban entre Pereza y Los Planetas, y de los que todavía no sabemos si iban o no en serio, una abarrotada sala Taboo recibió a Josele y sus Menudencias dispuestos a tener la oreja bien abierta. En directo la cosa cambia, la guitarra de David Krahe y la ausencia de teclista – parece ser que no consiguieron localizarle para el bolo- aminora el sabor a jazz frente al rock de garaje de toda la vida, ¡qué grandes guitarreos vivimos durante el Baile de los peces!.
La eléctrica le pone, cuando Santiago aparca la acústica para arrancar Rompes mi canción y Fotocopia, percibimos la vuelta al costumbrismo y la furia de los mejores enemigos. El sutil refinamiento de sus esfuerzos en solitario también tuvo su momento, con las excelentes Ole Papa y Mi prima y sus pinceles. Algún desajuste hubo también, un cantante con letra descolocada o un ritmo con dudas, pero teniendo en cuenta que se trata de “buenos músicos malos”, -siempre preferibles a los malos músicos buenos-, todas las canciones fluyen hasta la entraña de donde salieron.
El final se reserva para los oldies, ya sean Desde el jergón en plan cantautor, Joe Tex acomplejao o Around and around de Chuck Berry. Grande. Triunfo inapelable para este cronista de la realidad, vista con otros ojos, otro estómago, ironía lacerante y, como comprobamos en su historial enemigo, sin caducidad posible. Seas del estilo que seas ríndete a la evidencia, Josele Santiago, solomillo.
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