A estas alturas esta banda inglesa apenas necesita presentación. Cualquier aficionado al doom o al heavy en general los conoce por ser uno de los pioneros a principios de los 90 en la creación de un subgénero que en su momento se llamó doom-death. Después de una breve fase de experimentación a mediados de los 90, en la línea de lo que otras formaciones como Paradise Lost o Anathema también hicieron, My Dying Bride retomó parte de su sonido original y entró en el nuevo siglo buscando una forma de aunar una cierta evolución con la conservación de su sonido original. Y en esa se han mantenido durante los últimos años.
Con este nuevo trabajo apenas notamos diferencias sustanciales con respecto su anterior y logrado For Lies I Sire. Tenemos aquí todas las características de las que la banda ha hecho gala durante la mayor parte de su carrera, quizá ahora con un tratamiento algo diferente del violín. Este inmovilismo musical es posiblemente el que muchos de sus seguidores valoran, en vista de las críticas que han recibido cada vez que han intentado dar una nueva vuelta de tuerca a su sonido. Así, nos encontramos con un álbum en el que apenas destaca ningún tema, si exceptuamos algunos momentos de Like A Perpetual Funeral o Within The Presence Of Absence. Los 55 minutos transcurren hieráticos, demasiado planos y casi sin fijarnos en ningún pasaje o melodía.
A Map Of All Failures se sostiene en las dos primeras escuchas, pero más tarde uno acaba prefiriendo cualquier de sus primeros trabajos e incluso uno tan denostado como 34.788%…Complete, en el que por los menos se arriesgaron en la exploración de nuevas formas.
My Dying Bride – A Map Of All Our Failures en Spotify
Texto: Juan Manuel Vilches