“Cuando ya no tienes estrés es cuando realmente empiezan a salir las cosas que tienes dentro“, dice hablando del camino que emprendió para hacer más sencillo su discurso, continuando la labor que empezó el año pasado con el EP Dulus Dominicus. “ya pasaban cosas en esta dirección, es un preámbulo, hay canciones que podían haber entrado en este. Yo pasaba de una 7ª a un acorde menor, y cuando descubres que la gente con tres notas hacen grandes canciones, te dices yo también puedo. No es necesario usar acordes raros para sonar diferente. En Me pierdo contigo, la del ukelele, me propuse hacer una canción con 2 acordes, lo que sí cambia es la melodía“.
La razón es muy sencilla según sus palabras, “viene del deseo de decir todo lo que quiero decir con colores primarios. Me alejo del rock y de la guitarra eléctrica, cuanto más pasa el tiempo, más latinoamericano me siento, otros grupos me parecen iguales, quiero ofrecer algo diferente y creo que puedo darlo. Mezclar la influencia anglosajona, europea, con algo latino, no bachata, o cumbia… mezclarlo con otras cosas, sonidos nuevos, que se acerque a mi raíz no dominicana, sino latinoamericana, esto sí lo tiene el disco y no lo tenía el anterior“.
Momento en el que recordamos cuáles eran sus aspiraciones cuando aterrizó en Madrid. “ya no tengo el prejuicio de querer sonar como cualquier grupo de aquí, nunca lo voy a conseguir, y cada vez tengo menos interés. Entonces fue lo normal, vi la escena y vi cómo pude encajar, compartíamos gustos…”
Martín Bruhn y Juandi (Anni B Sweet) tocaron la batería los dos a la vez (escuchar Delirios de Persecución), Manu Cabezalí (Havalina) grabó las guitarras muy ochentero, muy Depeche Mode (Camino Raro), Bailando en las orillas va sin bajo, tirando los graves del trombón de varas, Ay! paciencia se hizo con un sampler que tenía tres acordes desafinados… Álex está satisfecho ante la variedad que ha conseguido.
No obstante, es un depredador nato, todo lo que hay a su alrededor cala en sus huesos. “Claro, siempre que pueda aprender y aprovecharme de una idea o un sonido, tengo un montón de amigos con gran talento, y sería tonto por mi parte no robarles algo“, sonríe, y es que trabaja con todo el mundo, Ximena Sariñana, Natalia Lafourcade, Russian Red, Havalina…
El afán para él es vivir de esto, superarse, y el optimismo que rezuma le predispone a ello: “Vengo de un país muy chungo y he visto cosas mucho más oscuras que lo que se avecina aquí, con pobreza muy chunga. Estoy orgulloso de la gente que en Madrid sale a protestar, que la gente joven dé la cara. Vivo en una ciudad que mola, que no es de zombies”.
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