Sí, es extraño comenzar una reseña centrándose en una única canción pero, ¡menuda canción! Si tienes el disco citado de Atlantic o su edición en CD ya sabrás de lo que hablo, pues aquella agrupación con Phil Bates a la voz resultó una auténtica referencia de culto. Si hasta hacía coros cual invitado en aquel Power (1994) el mismísimo Tony Mills de los siempre recuperables Shy. Y va Issa y lo graba, como hiciese aquella banda originariamente, para situarlo cual segundo corte, en este caso de su nuevo Can’t Stop.
Y es que es este recién estrenado disco compacto una obra que se aleja de los trabajos de versiones rock al uso. Primera razón: se centra, como ya decía al principio, en el adult oriented rock. Segunda razón: las piezas escogidas no pertenecen a vinilos de Journey, Survivor o Dare, sino a ediciones de 21 Guns, Mark Free, los nombrados Atlantic, Regatta o Aviator, por citar cinco.
Ahora bien, el problema tal vez sea que para tratarse este Can’t Stop de su tercer álbum para Frontiers Records, muy pronto se ha puesto Issa a sacarse de la manga un CD de covers. Puede que únicamente sea la idea —de Serafino Perugino— más sencilla para mantenerla en el candelero AOR mientras prepara nuevas canciones. Aun así, y obviando este hecho, lo cierto es que tanto ella como la banda han estado imponentes en las sesiones de grabación, totalmente unidos para sacarles el brillo que merecen a unas auténtica gemas de la corriente melódica.