Artista: Flyingpigmatanza
Título: Los buenos momentos
Sello: BCore Disc
Fecha de publicación: 2 de diciembra de 2012
Más información: http://flyingpigmatanza.bandcamp.com/

Listado de canciones:

Empezar a jugar
Impulsos eléctricos
Esgrima
Inercia
Éramos fuego
Inocentes
Los buenos momentos
Surcando la oscuridad
Traslúcido transparente
Una mesa llena de papeles

Interesante puesta de largo de esta formación formada a partir de la herencia creativa y artística de Qualude, una de las formaciones más significativas dentro de la escena musical alicantina. De aquel periodo, Flyinpigmatanza rescata ahora el agradecido reencuentro de Marcos Martínez y Miguel C. de la Fuente, al que hay que sumar la incorporación de Hector Bardisa, batería habitual de Ainara Legardon.

El trío presenta ahora Los buenos momentos, álbum debut tras un primer EP autoeditado que no obtuvo la repercusión que se merecía a causa de, entre otras circunstancias, un problema de distribución. La banda busca ahora sinergias de colaboración con BCore, uno de los sellos más carismáticos y arriesgados dentro del panorama musical independiente. No en vano, este disco se grabó en directo dentro de una cabaña aislada en la sierra alicantina de Aitana.

¿Y cuál es el resultado? Pues un álbum que irradia un carisma especial, propio de quien logra, de manera natural, un sonido diferenciador. La banda vence y convence dentro de la aburrida homogeneidad de una escena atorada gracias a unas composiciones que combinan frescura con legados del siglo pasado. En la voz de Marcos descubrimos una caprichosa fusión sónica de la voz de Pablo Carbonell con la entonación de Antonio López Noni (Lori Meyers); con la formación de este último comparte referentes de un tiempo pasado cuya música sigue siendo tan perenne cómo contemporánea.

Un buen compendio de pop melódico con arranques de controlada energía cuya parte importante de su particular sonido encuentra su responsabilidad en los instrumentos que componen el grupo: piano, batería y bajo. De su simpático nombre tan sólo reseñar que resulta un divertido guiño a los videojuegos clásicos que hoy en día gustamos de llamar retro, y en círculos más amplios: vintage. Por suerte, no nos hemos vuelto tan cools en esto de la música… al menos de momento.