Delapso (BMG) nos ofrece una banda mucho más madura, con una necesidad de profundizar en la búsqueda de un sonido propio y con las ganas de no vivir una carrera profesional acomodaticia sino la de la garra que sólo aportan los que llevan el talento innato. Para ello han enrevesado su sonido. Han gritado un prietas las filas que les aleja del pop tan anglosajón (Coldplay) del que hicieran gala en canciones como En mi nave. En su lugar, encontramos muchos sintetizadores, un sonido muy pegado, casi sucio y saturado que a alguno le recordará incluso a Los Piratas, con canciones como Ballet mental o Un colectivo de raro propósito.
Es Javi Fernández, un compositor y cantante ejemplar, quien nos ayuda a descifrar su tercer larga duración: “En cada disco nos hemos encontrado un poco más, y desde luego nos gusta hacer canciones distintas entre sí aunque siempre haya un hilo conductor o una unidad. Aprendimos mucho con el anterior, tocamos mucho, bien, mal, como fuera… pero te ayuda a entender qué tipo de canciones quieres seguir haciendo y cuáles no“, asegura. Reflexivo, es fácil verle detenerse para encontrar una explicación convincente, no tiene prisa en charlar sobre el nuevo disco, aunque la excitación le pueda, tanto como las ganas de enseñárselo a la gente: “Hemos creído que soltarnos más esta vez sacaría a relucir lo que realmente somos. Te gustarán algunas canciones y otras no, pero al final te encontrarás con nosotros. La nuestra es una búsqueda de la canción eterna, esa de la que dentro de unos años sigamos orgullosos”.
COMPROMISO
El disco está lleno de muchas capas, con los instrumentos muy pegados y saturados, que buscan llenar muchos huecos para conseguir darle así la profundidad que requerían estas canciones: “Es nuestro disco más comprometido. Si no lo estás con tu profesión y no estás cómodo haciendo tantos kilómetros y muchas veces nada más acabar el concierto, no vales para esto. Nadie lo hace por dinero, o por subirse al escenario y que le vea la gente, lo hace por una necesidad y las ganas de cubrirla. Hemos sido conscientes de lo que significa ser una banda en este país, y hacerlo en serio. Estas canciones nos hacen crecer como músicos, es lo que aporta el proceso creativo a una persona, pelearte con una idea, intentar domarla sin saber a dónde va, es como la vida misma. Antes creo que éramos más emotivos, y en este somos más críticos, con cada uno mismo, o con un sistema educativo como en Philippe Petit. Somos ahora más emocionales, con más rabia transmitida, diluyéndola hasta que no lo sepas” comenta el cantante, mientras hablamos del sonido: “Te desvelo, no hemos doblado voces, hecho usado poca reverb, buscando siempre que no exista la distancia entre el disco y el directo. Antes nos gustaba más esa diferencia, pero no nos interesaba para este disco, queríamos preservar esa energía, que no se perdiera, y por eso es quizás más oscuro, las guitarras están más enroscadas, con mucha mas ganancia y la voz es mucho más rota“.
Los textos también cambian acordes a los nuevos tiempos. “Hay una dureza que creemos necesaria para seguir defendiendo esa canción. Las letras cada vez son más personales, hemos compuesto los cuatro, en un proceso donde todos hemos jugado“, sentencia, “antes evocamos unas imágenes que a cada uno le transmitían una cosa más determinada. Y ahora hay un un mayor fluir, hay una base más clara en cada canción, que contribuye a que todo el sonido sea más duro“, ya que para Javi “el termómetro es ver si te emociona de verdad a ti mismo. Una canción nos ha de emocionar, no nos vale un groove que camine bien y sea bailable. Por ejemplo, me gusta mucho El Guincho pero no me emociona como Jeff Buckley o Pearl Jam, no sé si me explico. Esperamos que la gente lo entienda como un acto de sinceridad, que reluzca el carácter individual del grupo, te gustará o no, pero es difícil asociarlo a otras bandas, ya sé que suena pretencioso pero son las ganas de hacer algo diferente, …partiendo de que casi nada ya es original, pero es nuestro pequeño paso“. Un pequeño paso que por cierto en Madrid es uno de los lugares donde mejor se entiende, ya que la capital siempre ha acogido con los brazos abiertos a la formación reconvertida esta vez en cuarteto.
RITOS PARA UN MISMO PROPÓSITO
Si el compromiso con la música es por el bien de la comunidad, esta debe basarse en unas estrictas de juego que versan sobre la honestidad que uno siente hacia la música: “Hay varios procesos, uno cuando concibes canciones, exploras y te nutres, otro es el momento de la carretera y el directo, soltarte y convivir muchas horas, y también hablar con gente que vive la música aunque sea de otra manera, pero con la misma intensidad que tú. No esos prejuicios que no veo en otros sitios y que pervierten la música, parece que es un sistema para etiquetar a la gente, y eso es un sistema de perversión. Delapso es el cúmulo de momentos que tienes en tu vida de diferente intensidad y diferente duracion, pero que permiten establecer el mapa de uno mismo, y sirve para tomar ciertas decisiones en determinados momentos“. Decisiones que les están llevando en la mejor dirección.
DELAPSO (13)
Se han conjurado para hacerse casi todo ellos (pre-producción, grabación, arreglos, algunas mezclas, masterización), para no dejar nada al azar. Un sonido más sucio y singular, que les acerca a un rock más intuitivo, emocionante y poliédrico, alejándoles definitivamente del pop inofensivo convencional.
HISTORIAS PARA NO ROMPERSE (11)
Perfectas melodías, exquisitos arreglos y una gran voz dominante son las directrices donde se mueve. Una atmósferica Turistas heridos, los ramalazos guitarreros de Te deslizas, el consistente teclado de Esos niños, la intensidad de Congelados por la estela o Las cenizas de verano lo hace imprescindible.
CYAN (08)
Las suyas son grandes composiciones, bellas factorías que encantarán a los fans de Radiohead, Coldplay, Zoé e incluso Interpol o Vetusta Morla. Corazón de Madera, Calma o Equilibrio ya mostraban las interesantes inquietudes que conformaban su espíritu creativo.
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