— Hay un gran cambio en ti, no sólo musical, que viene de un proceso de reflexión y madurez, ¿aparece cuando nació tu hija Noa?
— Supongo que viene de antes. Nunca le hice una canción y ella es lo mejor que tengo. Por un lado está mi vida profesional y por otro la personal y mi hija, no quiero unirlas. Se juntó todo, esa experiencia, los 30 años… me ha cambiado la vida.
— ¿Crisis existencial? ¿Económica?
— La crisis influye, pero no porque estés jodido sino porque te hace desligarte de todas esas ataduras de la vida, los formalismos. Me ha obligado a romper con la comodidad, me acomodé, es verdad. También sirvió para ver cómo funciona la gente, sacó la mierda a flote, y no me gustó verlo, decidí entonces eliminarlo.
— Por eso el cambio, ¿no?
— No quería ninguna pauta tan fija, que nunca me permití una evolución. Mi momento de lucidez fue cuando me vi sin nada, sin proyectos, ahí rompí las cadenas. Mi familia o Dremen me han ayudado a ver la luz.
— Es todo un ataque de humildad.
— Mi hija mató mi ego de rapper. Tengo que ser tal, demostrar tal… ella lo mató. No me hizo humilde, descubrí mi lado feo, la comodidad, aceptar muchas cosas… dejé de pensar en mí, para pensar en otras personas.
— ¿Cuándo se da el cambio y te conviertes en Mercurio?
— He tardado unos años, no es de ahora. Primero decidí no tener que hacer lo que venía haciendo hasta ahora, aunque perdiera seguidores o lo logrado. Como tampoco yo tenía nada asegurado me he permitido el lujo de mandarlo todo a la mierda e internet y la música electrónica me han abierto el camino. Ya no me divertía hacer rap como lo hacía antes, no podía aprender nada más. Tuve que sacrificarlo todo, pero ahora no soy Mercurio, es un concepto, no es mi alter ego, yo soy Roy.
— ¿Te sientes cómodo rapeando sobre electrónica tan bruta?
— Me he tirado 10 años cabalgando sobre rap y, ahora me tengo que poner a prueba porque es algo salvaje y me está costando mucho domarla en todas sus posibilidades. Tampoco es que tenga mucha idea, me dejo llevar mucho por el productor 1101vs13. Rapeo sobre sus instrumentales y me fío plenamente en su criterio.
— El sonido que hace 1101vs13 es muy berraco.
— Pues ahora más. Es que no hay límites ni normas. Internet nos ha regalado eso. Tiene tantas cosas negativas… pero lo bueno es que lo ha roto todo, todos los dogmas. Los míos los primeros.
— Recientemente regalaste tu discografía anterior en El fin de una década, ¿fue cerrar una puerta?
— Quiero eliminar mi pasado pero le debo un respeto. No sólo a mi trabajo, sino a toda una cultura que se llama hip-hop, a toda la gente que he conocido, y toda una comunidad que ha estado conmigo. Por eso hice esa secuencia, en libre descarga.
— ¿Te pones alguna expectativa?
— No sé, estoy aún asentándome, todavía estoy cerrando lo anterior como para plantearme mucho. Mi objetivo es superarme en lo que he hecho hasta ahora y me da igual si a la gente le gusta o no. Quizás si empiezo de cero, mis expectativas son todas.
— ¿Y qué te está diciendo la gente?
— Pues bueno, de todo, te puedes imaginar, pero me gusta que la gente reconozca que estoy haciendo algo nuevo, y que aquí no se hace… como me pasó con Dremen, aunque en ninguno de los casos hayamos inventado la pólvora.
— Te veo en general muy concienciado con la realidad que te rodea.
— Claro. El error de este país es vivir a corto plazo y somos incapaces de verlo a largo. Tu negocio, tu carrera musical, tu vida… todo. Sólo pensamos en pagar el coche que necesitamos para ser feliz. Piensa si lo vas a necesitar en 3 ó 4 años, si te va a ayudar a moverte bien… no lo sé.
FASHION BEAT TEAM
El Estudio Fashion Beat Team es el cuartel general que da cabida entre otros a Dremen, Mercurio o Void Camp, y que teniendo la ola actual de de nu-step y drum ‘n’ base en Europa con gente como Skrillex a la cabeza, está consiguiendo un sello propio: “Empezamos cada uno en casa con su ordenador y unos diskettes, usando el Impulse Trackker y unos samples. Queríamos hacer instrumentales como las que oíamos en las cintas de rap o canciones como las que bailaba la gente en los garitos“, nos cuentan mientras hablamos de su estilo: “En parte sí pero trabajamos cualquier estilo, poco a poco hemos abarcado desde lo más pop a lo más dubstep, dance o rock. Artistas underground y mainstream, nacionales e internacionales… con todos conectamos y funcionamos bien, muestra de ello es que seguimos colaborando asiduamente con ellos. Es cierto que estamos atentos a las nuevas corrientes musicales y vamos actualizando nuestras técnicas de producción. Si no, sería quedarse atrás“.
El próximo paso, seguir consolidando el sonido FBT: “Queremos dar el paso internacional y trabajar con más gente de fuera. Ampliar miras. Además estamos arrancando con nuestro propio sello, sacar material propio y trabajar con artistas que consideremos interesantes“.