No es extraño encontrarse con grandes trabajos en la ya extensa discografía de esta pianista, cantante y compositora americana. En su haber tiene un buen número de discos absolutamente imponentes, aunque siempre se haya mantenido en una segunda línea alejada del gran público al que se han dedicado otras mujeres dedicadas al jazz vocal. Pero en esta ocasión la señorita Barber ha elaborado una obra que sin lugar a dudas será una de las más destacadas del género este año y también en su propia carrera.
Smash abre con Code Cool, una composición excelente en la que incluso se permite incluir algunos pasajes casi ambient que acentúan la intensidad de la canción. Aún con la boca abierta ante tal comienzo llega The Wind Song y Romanesque, en las que el piano de Barber se alza con fiereza y casi eclipsa incluso a su misma voz. El tema que da título al álbum pone otro de los puntos álgidos, con una Barber contenida en los tonos bajos y un solo del guitarrista John Kregor absolutamente magistral que lleva la composición a un crescendo final. Barber mastica y se deleita en cada sílaba de Missing, la emotiva Spring Song o la cruda The Swing, en esa brutal unión de ensoñación y disección de las emociones que consigue de forma natural.
Como las grandes obras Smash es un disco que sin duda encandilará a todos los seguidores de Barber, pero también es capaz de conseguir misteriosamente los oídos de quienes no sean aficionados al jazz. Con este trabajo Patricia Barber ha dejado absolutamente claro que ella no tiene nada que ver con la mayor parte de músicos que hacen —o dicen hacer- jazz vocal y demuestra que su música está en otro plano, porque nace del jazz pero va más allá de él.
Texto: Juan Manuel Vilches