Aún en el recuerdo su última actuación en la madrileña sala El Sol, en la que superaron a base de rabia y talento tanto lo pésimo del sonido como la escasa afluencia, se trataba éste del concierto de la compensación: el boca a boca había funcionado y la sala, sin estar ni mucho menos repleta, sí que presentaba un aforo bastante menos desalentador que en la ocasión precedente. Sólo cabía esperar que tanto los elementos técnicos como los propios músicos estuvieran a la altura de las expectativas creadas.
Comenzaron como un huracán: con “Life Sentence“, “Hot Rod” y “Killing Time” tenían al público comiendo en la mano. La energía desprendida por esa demoledora humana que es David Roach bastó para, pese a adolecer de una cierta debilidad vocal, rendir literalmente a las primeras filas, que pugnaban por participar en el show. Uno de los puntos álgidos del espectáculo llegaba de la mano de la fantástica “Back On The Streets“, momento en el que la voz de Roach se quebró definitivamente.
A partir de entonces, el concierto entraba en una especie de dicotomía que logró originar una doble valoración: por un lado, la entrega de los músicos fue innegable, la calidad técnica de esa fiera de las seis cuerdas que es Chris Gates se puso de relieve una vez más, y Roach logró hacer hervir a quienes se encontraban a escasos metros de él a base de carisma y sudor. Pero por el otro, fuera del mágico radio de acción del cantante, las carencias resaltaban: el sonido iba empeorando por momentos, llegando a prácticamente anular a Gates en el acompañamiento, pero elevándolo hasta sobrepasar al resto del grupo en los solos, la voz de Roach sonaba cada vez menos convincente y el conjunto, en general, quedaba deslavazado.
Una lástima, por cuanto hubieran merecido más. El deslucimiento de temas como “Blooze” o “Hollywood“, con la que cerraron antes del último bis, y un “Ace of Spades” de Motörhead carente de la bronca energía a la que los americanos nos tienen acostumbrados rubricaron una actuación que dejó un extraño sabor de boca. Tan sólo queda esperar que la voz Roach se recupere pronto y que, la próxima vez que nos visiten, tengan una mejor suerte con el sonidista. Les estaremos esperando.
Texto y Fotos: Almudena Eced