Los extraterrestres llegan a la Tierra como amigos, trayendo regalos y un mensaje de esperanza. Pero, como todo lo que viene de fuera es malvado y quiere acabar con nosotros (estamos en los 80), hay un grupo (”La Resistencia”, cuán sublime) que sospecha de sus aviesas intenciones y descubre que su intención es emplear a los humanos como alimento. La prueba es irrefutable: han visto a uno de ellos comerse una rata.
Más adelante sabríamos que su aspecto humanoide era más falso que Judas, pero ni su inexpresiva cara de lagarto, ni las mutaciones de la híbrida Elisabeth nos causarían tanto impacto como esa primera rata devorada por uno de “Los Visitantes”. Durante dos temporadas nos mantuvimos pegados al televisor y los dueños de las tiendas de golosinas se forraron a vender ratones de gominola y álbumes de cromos. Y ahora, cómo no, planea sobre nosotros la amenaza de una película.
Los extraterrestres llegan a la Tierra como amigos, trayendo regalos y un mensaje de esperanza. Pero, como todo lo que viene de fuera es malvado y quiere acabar con nosotros (estamos en los 80), hay un grupo (”La Resistencia”, cuán sublime) que sospecha de sus aviesas intenciones y descubre que su intención es emplear a los humanos como alimento. La prueba es irrefutable: han visto a uno de ellos comerse una rata.
Más adelante sabríamos que su aspecto humanoide era más falso que Judas, pero ni su inexpresiva cara de lagarto, ni las mutaciones de la híbrida Elisabeth nos causarían tanto impacto como esa primera rata devorada por uno de “Los Visitantes”. Durante dos temporadas nos mantuvimos pegados al televisor y los dueños de las tiendas de golosinas se forraron a vender ratones de gominola y álbumes de cromos. Y ahora, cómo no, planea sobre nosotros la amenaza de una película.
Almudena Eced