Espartaco está metido en un buen lío. Un día mientras estaba trabajando escribió un tweet en el que no dejaba nada bien a su jefe. Hasta ahí, más o menos bien, todos lo hemos hecho alguna vez. El problema está en que este tweet llegó al encargado, que no lo recibió nada bien, y además exigió saber quién era su autor.
Espartaco, lleno de coraje y valentía se levantó de su sitio y confesó ser el autor de ese tweet. “Yo soy Espartaco”, comentó de manera firme ante todos los compañeros. Pero Espartaco no estaba solo, todos sus compañeros se pusieron en pie junto a él entonando eso de “Yo soy Espartaco”. Â Los protagonistas de la historia, brindaron por la hazaña con Carlsberg, por supuesto. Y tu también lo puedes hacer durante un año y gratis, entérate cómo aquí.