Deniro presentaron en Madrid su segundo largo, De héroes y gobernantes, nueve cortes que suponen la continuación lógica de su debut, El extraño disfrazado de normal, manteniendo las guitarras afiladas, los ritmos frenéticos y las atmósferas sofocantes a cargo de los mensajes contestatarios que pueblan sus intrigantes historias. En directo sus grandes bazas son su imagen y su frescura, que refuerzan la personalidad de una formación que ya de por si tiene un lenguaje propio inconfundible. No hace falta elogiar la presencia de su cantante William Miller, siempre imponente y con una capacidad vocal que, si en el pasado sembró dudas, en Copérnico se ratificó atacando con éxito registros muy exigentes. La hermandad del lapiz de ojos también cuenta con un guitarrista que toca en posturas imposibles y un bajista asilvestrado que entusiasma, explicando la nutrida asistencia.
Liberando canciones de sus dos discos con una alternancia casi dogmática, el público pudo gritar los estribillos de ‘Vengador’, ‘El creador’, ‘Agua’ o ‘Soy música’. En las “monárquicas” instrumentales ‘Nueva Queen’ y ‘No Kings’ se pone de manifiesto el eficaz contraste entre guitarras y la potencia del conjunto. Como punto flojo, las dos composiciones en inglés del nuevo disco fueron recibidas con frialdad, todo lo contrario que la colaboración de David de Evohé para cantar ‘Normandía’. Finalizando entre aplausos con ‘No obstante lo cual’ de la banda argentina Riff y su tema propio ‘Arde’, paso a paso Deniro se va consolidando en una escena necesitada de propuestas que conjuguen actitud, calidad y originalidad.