Como la de tantos otros músicos la historia de Toni Jiménez pasa por varias bandas antes de decidirse a dar forma su propio proyecto. A partir de ahí, y con varios premios a sus espaldas, consigue editar su primer trabajo, producido por Raúl Arias y en el que han colaborado músicos como Caspar St. Charles, Jordi Vendrell y Tito Bonacera.
Tomando como referencia el folk rock americano y, más cerca, a gente como Quique González y Juan Zelada, Toni Jiménez ha conseguido elaborar un disco más que interesante. Cuando estás “on fire” da comienzo mostrando muchas de los recursos que vamos a encontrar a lo largo del álbum: inspiradas y concisas guitarras, una instrumentación elaborada pero comedida y, como debe ser en este género, un mayor protagonismo de la voz y las letras.
Fresa y chocolate tiene un ambiente nocturno y humeante que recuerda vagamente a Joe Henry, con un solo de guitarra muy en la línea del trabajo que ha hecho Marc Ribot con el mencionado señor Henry o Tom Waits en ocasiones. Pero también encontramos incluso pequeños momentos cercanos al jazz, como el piano de Paracaídas, y sobre todo la voz de Toni que tanto recuerda al estilo de gente como Andrés Calamaro y Ariel Rot.
Deudas y dolores es un trabajo honesto, sólido y que muestra a un músico que ya tiene unos cuantos años a sus espaldas. Y eso se nota a la hora de darle forma a las canciones, que denotan un gran trabajo previo de composición, apenas adornado en la grabación. La apuesta de Toni Jiménez por la canción como elemento primordial, por encima de la instrumentación y los vaivenes estilísticos, le ha salido bastante bien y nos deja con las ganas de escuchar más.
Texto: Juan Manuel Vilches