Que Sabadell (Barcelona) pueda convertirse en la Ciudad de la Música es tan solo un proyecto que aún está por materializarse; una iniciativa que, como muchas de esta índole, uno suele asociar a muchas cosas aunque ninguna de ellas suele tener en cuenta ni a artistas ni a público a la hora de plantearlas. Cinismos y licencias aparte, de lo que sí puede sentirse orgulloso este municipio es de contar en su padrón con un trío musical de la talla de El tercer semestre; una banda, que según su nota de prensa oficial ‘…construye su sonido a base de local y conciertos‘.

Porque hablamos de eso, de sonido, puro, duro y, en esencia, casi unilateral. Con la publicación de su primer trabajo en formato EP, estos tres tipos elaboran pócimas sonoras con la misma habilidad y temeridad que un alquimista de los de arrojo y tesón. Seis son las canciones que componen lo que se me antoja una auténtica bendición para los sentidos y el alma. Temas elaborados, repletos de matices y samplers, capaces de hacerte bailar hasta la extenuación o de transportarte hacia mundos oníricos; una dualidad, sin duda, fruto de su talento compositivo.

Una de las características más importante de esta formación es su capacidad para mezclar el sonido disco de los 70 con el indie instrumental más postmoderno. ¿Lo peor? Sin lugar a dudas su digestión, tan fugaz como un guiño; el hecho de tratarse de un EP con 6 temas provoca una sensación de insatisfacción al oyente que a duras pena se contrarresta con el pensamiento lógico de que la grandeza del álbum radica justamente ahí, en la necesidad de más… ¡mucho más!