“Diez años de alegrías, de carretera y trabajo, no sé si son suficientes para hacer celebraciones, no sé si son muchos o pocos, pues ahora todo es más vertiginoso”, comenta Antonio Orozco, que celebra con D1ez (Universal) su primera década de carrera: “Lo bonito de este disco es que las canciones las eligió el público, con lo cual, aparecen algunas que nunca fueron singles ni se promocionaron en la radio. Y como agua pasada no mueve molino, y no estoy pendiente del pasado, sino que vivo del presente, este no es un recopilatorio al uso. Hemos vuelto a hacerlas, ha sido muy bonito enfrentarse a ellas, muchas han marcado mi vida, y al afrontarlas con perspectiva no es que hayan mejorado, sino que se tornan diferentes, parecen nuevas, oyes las partes melódicas y armónicas y están actualizadas, suelo usar muchos acordes menores y ahora son mucho más abiertos, tienen mucha más luz”.

Antonio Orozco vive un momento dulce, con la madurez de saberse dueño de una carrera sólida, lo que le permite poder dar cambios de timón como los que han caracterizado su última etapa. “Tras Renovatio (09) me fui un año a América a trabajar, con una muy buena acogida, y el estar en estudios como Studio 606 de L.A., los Wally World Studios de Miami o en los Microwave de Londres, donde han grabado tantos grandes, hace de este disco un sonido muy diferente, es un álbum muy valiente. En los arreglos, en los cambios, parecen nuevas, de verdad…”. Aunque no viva del pasado, el barcelonés sí ha hecho balance del tiempo pasado y todo lo logrado hasta la fecha. “Hemos tocado más de 1300 veces en estos 10 años y en muchas situaciones, eso es un dato fuera de discusión, hemos trabajado mucho. Claro que se hace balance, pero no cambias nada, ni por erróneo que haya sido”.

Un reloj y una vela (00) y Semilla del silencio (01) fueron sus primeras referencias, con las que ya le llegó el éxito. “Lo recuerdo como algo honesto, de un tío que empieza con más cara que vergüenza. Lo del éxito fue sorprendente, quién se iba a esperar eso, de la noche a la mañana llegó todo, te cuesta entender lo que está pasando, pero luego lo disfrutas”. Posteriormente vendrían la madurez de El princio del comienzo (04), el compromiso social de Cadizfornia (06) con un endurecimiento del sonido, y Renovatio, un disco con el que volvió a conectar con una parte de su público recuperando su sonido propio. Si mira al futuro, sólo tiene una cosa en la cabeza: “Veo mi carrera igual, trabajaré más espero. Lo que sí me gustaría es verlo cerca de mi hijo, me preocupa muchísimo el no ser capaz de compaginar las dos cosas”. El día 8 le veremos en el Circo Price. twitter.com/antoniorozco